viernes, 9 de febrero de 2018

Vancouver, la ciudad de la lluvia


Pasaron ya 3 meses desde la última actualización. ¿Ya? 3 meses??? Sí, ya 3 meses. Se imaginarán que hay muucho para contar. Al principio no escribía porque no había mucho material y esperaba a que se acumulara un poco más, y ahora tengo tanto que no se ni por dónde empezar. Pero como no tengo ganas de empezar a contar todo lo que me trajo hasta acá (ahora), vamos a saltar directamente a mi situación actual en la tierra de ardillas y alces.

Yo sé que ustedes se quedaron en Montreal y mis problemas con el francés a fines de octubre. Pero en este momento estoy viviendo casi en el centro  (Downtown) de Vancouver, en el barrio de West End, con Philipp y Leon (a quienes ya presentaré). Estoy en mi segundo trabajo (ya que conseguí otro antes, pero lo cambie por este nuevo), y casi que no recuerdo cómo se siente salir a la calle y que no esté lloviendo. Hoy encima hay viento, lo cual después de dárseme vuelta el paraguas, me recordó a como era vivir en Wellington.

West End desde el puente de Burrard Street
Vancouver está en la costa oeste de Canadá, sobre el Océano Pacifico. Pero tiene una geografía algo extraña, y tiene bahías y entradas de agua por todos lados, lo cual hace que todo el centro de Vancouver este prácticamente rodeado por agua. Tan así que parece una península. Para ir al norte o al sur tenés que cruzar un puente. Hacia el oeste está el mar y después de este, a unos 60 kilómetros, la isla de Vancouver (o Vancouver Island), donde está la ciudad de Victoria; hacia el este se extiende la ciudad, y más allá, la cordillera de las Rocallosas, y más allá (mucho más allá), Toronto y Montreal. O sea, mucho, mucho más allá. Calcúlenle mas o menos la distancia entre La Comarca y Mordor. Siendo La Comarca Vancouver, y Mordor Montreal (sin la montaña de fuego). 

Esto se está poniendo un poco confuso, no? Bueno, les hice un mapa de Vancouver al estilo Tolkien para que se ubiquen mejor. Nota: Cuando me di cuenta de que me faltaba una letra apenas terminé de escribir la palabra, me agarré la cabeza, y grité "NO!".


Me pasé como 2 horas haciendo el mapa

Habiendo mar por todos lados, hay playas. Se imaginarán que en pleno enero me la pasé tomando sol en la playa. Bueno, no. Empecemos por el hecho de que es invierno acá arriba. De todas formas, es la única zona de Canadá donde el invierno no es brutal, y cuando digo brutal no exagero. Hubo en las últimas semanas temperaturas de -40°C en Montreal, y si vas hacia el norte, temperaturas por debajo de los -50°C. Por lo que el clima de Vancouver es mucho, MUCHO, más benévolo. Pero eso no viene gratis. Durante enero las temperaturas rondaron los 7°C durante el día, y rara vez pasaron por debajo de los 0°C durante la noche. Comparándolo con los -30°C habituales de Montreal, se imaginarán que estoy más que contento de haber venido para este lado. Pero el precio es el sol. Ohhhh el hermoso sol! Imagínense que un día nublado, sin lluvia, ya es considerado un lindo día. Las pocas veces que uno mira por la ventana y ve un rayito de sol, deja todo lo que esté haciendo y sale corriendo ni bien se recupere de la estupefacción. A veces ni eso alcanza. El lunes pasado me desperté y encontré un mensaje de una amiga, donde me mandaba una foto del sol en Nanaimo (la isla), y me levanté corriendo. Vi el sol, desayuné rápido, agarré los auriculares y los anteojos de sol, y salí a la calle. Por supuesto, ni bien puse un pie afuera con una sonrisa de oreja a oreja, ya se había nublado. No había ni rastro del sol. Me saqué los anteojos de sol, los doblé, y los enganché en el bolsillo delantero de la campera, junto con mi sonrisa.


La costa en Coal Harbour...bajo las nubes
Llegué a la ciudad justamente en Navidad, y después de un día de nieve, y tres más de lluvia, salió el sol un sábado, y el viaje dio un vuelco increíble, pero eso voy a contarlo más adelante. Cuatro días de sol y cielo azul casi impecable, me engañaron cual inocente palomita, y me hicieron creer que el invierno iba a hacer así de hermoso. Desde ese entonces hasta hoy, 29 de enero, vi en total 2 o 3 días de sol. Que ni siquiera fueron realmente días de sol, sino parcialmente nublados, pero cada vez que veía un ligero resplandor dorado y unos rayitos de sol por la ventana, dejaba cualquier cosa que estuviera haciendo y salía corriendo a pasear mientras durara (por lo general no más de 20 minutos). Ya en la última semana no hubo ni eso. Pero en esos pocos días (o ratitos) de sol, vi una ciudad absolutamente hermosa. 


Kitsilano Beach al frente, y West End al fondo. Detrás, las Rocallosas.

Todos salen a tomar sol

Nota del presente: Ahh mierda, ¡se largó con todo afuera! De hecho, anoche leí que hay alerta por lluvia, lo cual sueña extraño ya que hace 3 semanas que no para de llover. ¿qué tan peor puede ser?

Hoy, al 8 de febrero, tuve dos mañanas con un ratito de sol antes de entrar al trabajo. Juro que fue la primera vez que sentí el sol en la cara en dos semanas, difícil no emocionarse.

Las lágrimas eran en realidad por el frío

Stanley Park
Imagínense caminando por pleno centro Vancouverense, una ciudad grande de 670 mil habitantes en la ciudad, y 2 dos millones y medio con todo el conurbano (Toronto es casi el cuádruple), donde en cada esquina o intersección entre los altos edificios modernos, mirás hacia el norte y ves como la calle baja unos pocos cientos de metros hasta el mar verde, y detrás de este, las enormes montañas de cimas nevadas. Créanme que te importa muy poco todo después de eso. ¿Tu jefe es un pelón mala onda? ¿Hoy tenés que hacer horas extras? ¿Los ridículos precios de alquiler hacen que no puedas ahorrar para las vacaciones? Mira el mar y las montañas y se te pasa. Ese paisaje se repite en prácticamente toda la ciudad. De hecho, a donde vivo yo, estoy a unos 600 metros de la costa norte, donde hay una marina, y a unos 700 de la sur, donde hay una pequeña franja verde que bordea el mar (donde estaba sentado el osito). Estoy también a 800 metros de English Bay, la playa más cercana, y a unos 800 metros de Stanley Park, un parque de 405 hectáreas (sí, 405 hectáreas, 10 veces el tamaño de los bosques de Palermo) con medio millón de árboles, 200km de caminos y senderos, y rodeado de mar. El parque está lleno de patos, ardillas que muerden (ya les contaré la historia), pajaritos que se te paran en la mano, pájaros carpinteros, un sinfín de aves acuáticas, y otras más voladoras, etc., etc. Es realmente muy creíble cuando me dicen que, en verano, la ciudad es un paraíso. 

Costanera de Stanley Park
English Bay con su playa. A la derecha, West End. A la izquierda, el comienzo de Stanley Park.

Hay también muchas cervecerías acá mismo en la ciudad, como Steamworks en la costanera del centro, con (hasta ahora) la mejor IPA de la ciudad y vista al mar; Granville Island ubicada en la isla homónima (y con una cerveza apenas aceptable); Parallel 49 (rica); Stanley Park (no tenían IPA, la Pale Ale zafó); Yaletown, la cual me fue recomendada por un personaje muy muy extraño que conocí en año nuevo pero a la cual aún no fui; y otras que aún no conozco. A su vez si vas al liquor store (los recordarán de Nueva Zelanda), el único lugar donde podés comprar alcohol ya que en los supermercados no venden, hay cervezas de toda la provincia, de todo el país, e incluso muchas de EEUU. Claramente estoy en campaña de probarlas todas. 

No sé si están viendo la vista al mar y las montañas que hay desde la ventana

24 piezas + sopa por 10 dólares. Nada mal.
En cuanto a comida, hay de todo. Acá en el centro hay casi más inmigrantes que canadienses, y no exagero. La proporción sería, según mi experiencia personal, mitad de extranjeros y mitad de canadienses, por lo que se imaginaran que hay restaurantes de todo tipo. Hasta hay una "churrascaría brasileira" (parrilla brasileña) a la vuelta de casa. El sushi es tan barato que comí 3 veces seguidas en 4 días, y pienso volver pronto. Para que se den una idea, te sale más barato comer 24 piezas de sushi más una sopa miso, que un combo en McDonald’s. 

Habrán quizás escuchado que este año se va a legalizar la marihuana en el país. Bueno, British Columbia (la provincia donde queda Vancouver) viene bastante más adelantada. Apenas llegue vi los "dispensadores" de marihuana medicinal, lo cual no es nuevo ya que están por todo el país. Los dispensadores son pequeños negocios legales donde compras como si fuera una farmacia. Para comprar necesitás una receta médica, o pertenecer a un club (aunque hecha la ley, hecha la trampa, muchos venden disimuladamente sin necesidad de lo anterior). Pero un día, paseando por el centro, llegué a la plaza frente al museo de arte, y vi que había un stand en plena plaza, en pleno centro, con varios frascos, a simple vista, llenos de marihuana. Sin el menor reparo. A los pocos días volví a pasar, y había no un stand, sino tres. A la semana había como 7. Ya había a la venta frascos, galletitas, brownies, y demás. Pero esto no termina ahí. Hay también negocios enormes. Cerca del hostel donde viví 3 semanas (pasé por 4 hosteles diferentes en la ciudad), había un local de dos pisos, el Cannabis Culture. En el piso inferior vendían pipas, bongos de vidrio, plástico, industriales o artesanales por artistas locales reconocidos; filtros de aire (soplás por un lado y por el otro sale aire limpio, sin olor); y todo tipo de accesorios y ropa. En el piso superior, hay como un bar y lounge exclusivo para fumar marihuana, donde podés sentarte en sillones y fumar por tu cuenta, o ir a la barra, y elegir entre una enorme variedad (enorme) de aceites de cannabis, y los fumas en unas pipas que están sobre la misma barra. Fui un viernes a la noche y estaba lleno de gente de todas las edades, desde amigos de 20 años, parejas de 30, 40, 50, y hasta sesenta y largos. Después del bar, y al fondo del local, tenés el dispensador, donde encontrás un mostrador grande con más de 30 frascos con diferentes variedades expuestos en la vitrina, cada una explicada por nombre, cualidad, y efectos. También hay aceites concentrados, cremas, jarabes, gomitas onda Mogul, y cosas que ni sé que son.

También hay 24 sucursales de la librería publica de Vancouver por toda la ciudad, lo cual me ayuda a mi problema de comprar compulsivamente libros usados, ya que los puedo tomar prestados. De hecho, ahora mismo estoy en la que queda sobre la calle Denman, sentado en la compu 1018, y de frente a la ventana (por la cual veo agua caer constantemente). 

Quizás hayan escuchado sobre la extrema amabilidad canadiense. Es completamente cierta. Pase lo que pase, te piden disculpas. Te chocan por la calle, te piden disculpas. No llegas a chocarte, pero medio que te pasan por delante, te piden disculpas. Si vos estás llegando a la esquina para cruzar, y ellos doblan y pasan antes de que vos llegues, te piden disculpas por no darte el paso. Hasta me pasó una vez que estaba en el banco y tenía que firmar algo. Agarré una lapicera y cuando fui a firmar se me cayó, el banquero dijo "uh, sorry". O sea, YO agarré la lapicera, se me cayó a MÍ, y él me pidió disculpas. La semana pasada leí en el diario que una pareja quiso asaltar a un hombre en Calgary de noche, pero como su campera no era de marca, se la dejaron, y al irse cada uno por su lado se desearon que tengan una linda noche. Es decir, la víctima a la que le robaron la billetera y casi la campera, les deseó una linda noche a los asaltantes. Canadá señores, donde podés hasta robarle a una persona, quien probablemente te pida disculpas por no tener una mejor campera para darte, y después te agradece y te desea que tengas una linda noche.

En cuanto a la fauna urbana local, hay por supuesto ardillas (aunque con la lluvia se ven mucho menos que en Montreal o Calgary...ah sí, pase por Calgary, ya les contaré); mapaches (aunque en invierno se esconden y aún no vi ninguno) que son un peligro para gatos domésticos y tachos de basura; zorrinos (me crucé uno una noche cuando iba al trabajo); como 10 especies de aves acuáticas como patos, gansos (están por toda la costa y no te tienen el menor temor); bandadas de cuervos que dan miedo (créanme que te sentís en un cuento de Edgar Allan Poe o en Jurassic Park, no sé porque pero cuando paso y empiezan a graznar me recuerdan a los velocirraptors en la cocina), gaviotas que viven cazando cangrejos; cormoranes; colibríes; y un sinfín de pajaritos de colores que desconozco. De hecho hay un festival internacional de aves en Agosto, y pienso ir (www.vanbirdfest.com), el Bird Fest (?). 

Aparte de todo esto, piensen que la ciudad está rodeada por montañas, bosques, islas, y mar, por lo que hay senderos y subidas a las montañas, paseos en ferry, y demás. Hay naturaleza por todos lados. De hecho, la Isla de Vancouver está casi sin poblar, más allá de dos ciudades (Nanaimo y Victoria) y algún que otro pueblito perdido por ahí. Está a menos de 2 horas en ferry, donde podés cruzarte con grupos de delfines y orcas en el camino. La semana pasada camine 5 kilómetros desde el centro de la ciudad, y llegué a Jericho Beach, un lugar paradisíaco y difícil de creer que esté tan cerca de la ciudad. Sólo recordás que está cerca porque allá a lo lejos se ve el contorno de la misma al otro lado de la bahía.


Jericho Beach y el muelle. Salí en shock del muelle.

En resumen, si les gusta el mar, las montañas, la cerveza, la comida, la marihuana, los libros, los animales (especialmente los pájaros), las nubes, la lluvia y la vida tranquila, Vancouver es para ustedes. ¿Suena perfecta no? Bueno, por algo es la tercera mejor ciudad del mundo (sí, del mundo entero) para vivir (www.traveler.es).

Queda pendiente para la próxima, contarles un poco sobre mi último tiempo en Montreal, el viaje en auto hasta Calgary con un desconocido algo extraño, 2 semanas en la casa del curry, una semana en Banff y el frío polar (sospecho que ahí es donde vive Papa Noel), la Navidad menos especial de mi vida, y la llegada a Vancouver, incluyendo los festejos de año nuevo. También tengo que presentarles algunos personajes que van a ser recurrentes, especialmente Philipp y Leon, mis compañeros de casa. Ah, y queda contarles sobre los trabajos. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. 


PD: Hoy salió el sol todo el día, cosa de no creer, y vi una pareja de nutrias. Casi me muero ahí mismo. Las perseguí desde la costa, río arriba por el barro. Valió la pena completamente.


Doble Yapa hoy: Foto y música


¿Vieron las nutrias?




Amo esta canción


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