miércoles, 23 de noviembre de 2011

Fuego contra fuego / Mes del bigote


Miércoles 16 de Noviembre de 2011, 11:00 am – Casa, Wellington


Trabajar en una cocina tiene sus pros y sus contras. Ventajas y desventajas. Ayer fue un ejemplo de lo primero, y el sábado pasado, de lo segundo.

Como ventaja, podés comer como un campeón. Ayer llegué y me comí un sanguche de bife con repollo, tomate y zanahoria. Después comí papas fritas, un plato de pasta con queso, unas quesadillas de pollo y unos pies (léase “PÁIS”, son como tartas, no comí patas) que no se podían vender. Ni siquiera tuve que cenar después, claramente.


Como desventaja podés quedar atrapado en un incendio en la cocina, como pasó el sábado. Aidan (pronúnciese “Eiden”) es un pibe de 19 años que esta como chef hace unas semanas. Copadísimo, es el primero que me pregunta si tengo hambre para prepararme algo siempre que trabajamos juntos. Mide unos 2 mts y escucha rock. El sábado, cerramos la cocina tipo 10 con aún gente sentada en el restaurante, como hacemos siempre. Ahí es cuando empieza el laburo pesado, hay que lavar toda la cocina. Parece que el cerebro y las manos de Aidan no conectaron e hizo lo contrario que quería hacer, en vez de tirar agua en la plancha para poder enfriarla y limpiarla, y tirar lavandina en la mesadita de al lado, tiró la lavandina en la plancha caliente. Entiéndase que es una cocina comercial, la plancha que menciono es como una plataforma de metal grande, tipo una mesada.

Yo estaba de espaldas, siento el fogonazo atrás mio, pero no miré porque en algunos platos suelen prender fuego la comida en las sartenes, un toque, se cocinan así. Pero Renae, (pronúnciese René, como la rana), la head chef que estaba a un metro mío pegó un grito, me di vuelta y había una bola de fuego que se había comido media cocina, y estaba a un metro mío. Tom, uno de los mozos, estaba parado entre Renae y yo. Salimos los 3 corriendo para la puerta que da al restaurante más rápido de lo que decís “chimichurri” (sé que varios de ustedes dijeron “chimichurri” en voz alta para ver cuánto tardaban). En ese momento pensé: Ok listo, se prende fuego la cocina, atrás el edificio y tenemos que evacuar, asique mejor corramos. ¡En ese momento me acordé que Aidan estaba al lado de la plancha cuando estalló la bola de fuego! Lo miré y el hdp se alejaba caminando del fuego como si nada. A lo Rambo. Si había una cámara frente a él era el final perfecto para una película de acción. Por suerte el fuego retrocedió igual de rápido que creció y en unos segundos se había apagado.

 La bola de fuego habrá durado 3 segundos desde que prendió hasta que desapareció. Justo al lado de la plancha está la freidora, y en el suelo estaba apoyada una olla enorme con todo el aceite que estaban sacando, si el fuego tocaba el aceite, ahí sí, volábamos todos. Aidan y Andy (el chef filipino) quedaron del otro lado del fuego, hacia el lado de la heladera, donde no hay salida. Asique si la cocina prendía, no salían más. Aidan terminó con la cara y los brazos rojos, media ceja menos de cada lado y una anécdota de por vida de cómo casi prende fuego una cocina. Renae (“René”) terminó con la espalda toda caliente, igual que mi brazo izquierdo. Ni bien pasado el fuego, nos cagamos todos de risa, hasta los clientes que vieron todo. Ben, el manager, lo gastaba a Tom porque fue el más nena de todos cuando huyó, lo imitaba y decía “ay no, ¡mi bigote! ¡Mi bigote!” (tenía una gran barba y bigote, se afeito, y se dejó un bigote gigante a lo Carlos Pellegrini) jajaja, y todo SMK se enteró de que Tom fue el primero en salir corriendo. Andy contó que estaba agachado de espaldas, escuchó el fogonazo, miró hacia atrás, gritó “OH SHIT!!” se levantó y corrió para la heladera. Nos pegamos EL cagazo, pero fue genial. Más tarde Aidan jodía con que estábamos “on fire” esa noche.

Anoche me tocó trabajar con Aidan de nuevo, lo jodí toda la noche con el fuego, claramente.
Y hablando de la cocina, tenemos el pie perfecto para arrancar la sección “F&B – Comidas y bebidas”.


“Food & beverages – Comidas y bebidas en NZ”

Comidas

Si hay una característica representativa que tiene la comida acá, es que es picante. Así que si no les gusta la comida picante (como a mí) vayan acostumbrándose a ella antes de venir. Muchas cosas para mi eran incomibles, aún cuando Trace cocinaba en casa. En el trabajo nadie podía creer que no comía picante ni cebolla. Trace me jodía con que no me gustaba el sabor. Pero poco a poco me fui acostumbrando a la fuerza en el laburo, porque capaz hicieron una orden de más y te la ofrecen, y no podés decir que no, aunque tengas que bajarlo con 4 litros de agua y putear a los 4 vientos. Y gracias a eso ahora ya puedo pasar por encima de lo picante y sentirle el gusto en serio a la comida.
Encima yo tengo la suerte de vivir con dos personas que cocinan increíblemente bien, Steve y Trace. Cada vez que uno de ellos nos adelanta que tiene planeado cocinarse algo, ya me estoy relamiendo. Hacen cada banquete, ¡dios! Cocinan como los dioses. Comimos cordero, pescado, chancho, ¡y no saben como estaban! ¡Geniales! Mejor que en cualquier restaurante.

Si ya se lo que piensan, si Trace es chef en SMK la comida de ahí debe ser igual. Y no, no es así, porque en los restaurantes cada comida tiene su receta y tienen que seguirla, en casa tienen total libertad para cocinar como quieran, y ahí usan sus verdaderos dotes culinarios. Aparte de eso también está Saku, que también cocina muy bien, y siempre me da una mano cuando yo estoy cocinando. Eso sí, entre los 3 siempre me cagan a pedos cuando estoy  cocinando. Y con razón, soy un desastre.

La comida neozelandesa tiene mucha influencia asiática y mexicana. Por lo que usan mucho las especias, por eso es tan picante. Usan mucho comino, chile y cilantro. Tanto acá como en Auckland se ven muchos restaurantes asiáticos, entre ellos restaurantes malayos, indios, turcos, y los clásicos “Kalab Kalash”. Nah mentira jaja, no kalab kalash, pero sí kebabs. Los locales de kebabs están por todos lados como las pancherías o hamburgueserías en Buenos Aires, y no, no sirven jugo de cangrejo. El kebab es como un roll grande que podés rellenarlo con lo que quieras. El precio varía según el ingrediente principal, si es carne, pollo, pescado, falafel, etc. Pero después tenés toda una variedad de opciones para ponerle, como tomates, jalapeños, lechuga, lo que quieras. También se ven muchos lugares donde venden nachos, tacos, burritos y quesadillas; SMK es uno de ellos.

Pero si preguntás cual es lo tradicional kiwi acá, eso sería el fish and chips, pescado frito con papas fritas. También ves locales de esos por todos lados, serían como las hamburguesas para los yanquis.
Para el desayuno salen mucho tocino, huevos, black beans, que serían porotos hechos en una salsa negra que les da ese color; hash, que es uno de mis favoritos, son como tiritas de papa hechas a la plancha. De postre: pies y helado.

Bebidas


Nueva Zelanda es un país muy cervecero. Pero MUY cervecero, están a años luz de nosotros. Es común ver gente grande en pubs tomando cerveza. Gente de todas las edades se pone ebria con cerveza. En argentina es más común ver gente joven con cerveza y grande con vino. Pero acá no hay diferencia de edad. Hay cientos de breweries (cervecerías) locales. Y encontras sus cervezas en cualquier supermercado.

Las cervezas se venden por tipo. En argentina todos tomamos lager, y a veces alguna cerveza negra, pero todos tomamos lager. Acá cuando vas a comprar primero tenés que decidir que tipo de cerveza querés. Tenés muchísimas, entre ellas: lager, pilsener, ale (pale ale, indian pale ale, cualquiercosa ale, etc), stout, etc. Y tenés cientos de marcas: Export, Tui, Olm, Bear, Montheight, Coopers, Boundary Road (Flying Fortress), Double Brown, Mac’s (Hop Rocker), y miles más que no me acuerdo ahora. Eso aparte de las que también llegan a Argentina, como Heineken, Stella Artois y Budweiser. Todas las cervecerías tienen los distintos tipos de cerveza, y suelen sacarlas con distinto nombre. Todos los bares tienen cerveza en tab, es decir tirada. Y cada bar tiene entre 5 y 10 cervezas distintas tiradas, como mínimo, y es siempre más barata que en botella. Asique cuando vas a un bar, siempre te pedís una pinta o una jug (jarrita) de cerveza tirada. Si les gusta la cerveza, acá van a ser felices.

El vino también es bueno, pero más el de Australia. Por eso acá se toma mucho vino australiano, especialmente Sirah, que según me contó Steve, Australia tiene los mejores Sirah del mundo.
Yo no soy de tomar vino, pero hace poco Steve trajo un Sirah australiano barato, y estaba muy bueno. ¡Y era barato!

Hay pocas cosas argentinas que llegan. La Quilmes llega, pero no la compro ni loco. Y vinos, ví unos malbec en algunos lados.

Fernet hay. Hay Branca y 1882, y otras marcas que no conocía pero que son muy buenas.
El alcohol es caro acá. La cerveza más barata ronda los NZ$18 (unos AR$60) el pack de 12 porrones. El Branca NZ$50 (AR$200). Aunque a veces en el Mills, una liquor store (local de licores literalmente, es un supermercado de alcohol) hay una promoción de 12 latas de Brenner $10, una ganga, ¡y la cerveza es suficientemente buena! Los vodkas y otras bebidas como whiskys y Bailey´s son un 50% más caros que en argentina. El vino más barato sale unos NZ$8, pero es intomable. Para tomar algo decente tenés que pasarte de NZ$15 y saber que marca elegir.
Pero ante el precio, tenemos el beneficio de la variedad.

Fuera de lo alcohólico hay bebidas locales, como la Lemon & Paeroa. Es una gaseosa con limón hecha únicamente acá en NZ.


Lunes 21 de noviembre de 2011, 6:36 pm – Casa, Wellington
 Fuego contra fuego


No sé si el fuego me persigue o qué, pero el otro día haciendo un pollo al horno…prendí fuego la cocina de casa, literalmente. Se ve que al sacar el pollo, cayó un poco de aceite al fondo y ¡puf! Fuego. Y ayer, se me cayó una gotita de aceite sobre la hornalla (eléctrica) y ¡puf!, fuego.

Es hora de llamar al dueño de la casa para que nos cambie la cocina me parece…o a los bomberos para que sepan que hay un piromaníaco involuntario en la casa.


Mes del bigote


A muy pesar mío, este noviembre es el mes del bigote. Aparentemente hay una campaña para recaudar fondos para combatir el cáncer de próstata. Los hombres que pueden crecer el bigote, se lo dejan para mostrar su apoyo. Mouvember, una mezcla de Moustache (bigote) y November (noviembre). Yo por supuesto no pienso dejarme el bigote ni por casualidad, a pesar de que varios en el trabajo se lo dejaron, pero una sucesión de hechos desafortunados desembocaron en una coacción colectiva en contra de mi buena apariencia. Paso a detallar.

En primer lugar, hace dos semanas perdí mi billetera. En realidad, no le di importancia porque vivo perdiendo todo, y siempre aparece. No es que lo pierdo, sino que temporalmente pierdo la noción de su ubicación. Varias veces salí de casa sin billetera, pasaporte o llave por no saber donde estaban, pero tarde o temprano, en un rango de un par de días, siempre aparece todo. En este caso, pasaron unos 4 o 5 días y la billetera no aparecía. Me ví forzado a buscarla y ante la no aparición de la misma, me vi arrinconado a recurrir a una fuerza superior. La policía. Pero antes que eso, prometí lo siguiente y me auto-cito: "Autocito", suena a autito chiquito jaja. No, esa no era la cita, esta es la auto-cita: “Si encuentro la billetera, me afeito y me rapo” Lo cual no era poca cosa, ya que llevaba más de un mes sin afeitarme debido a la sensibilidad que sufro en la piel de la cara. Entonces vemos como la serie de eventos desafortunados se remonta hasta hace dos meses atrás, creo que todo era parte del plan macabro del destino que me forzó a esto.

La billetera terminó apareciendo, gracias a la eficiencia policial y la bondad desinteresada de un individuo que encontró mi billetera tirada en algún lugar y la llevó a la policía con plata y todo. Sí, leyeron bien, con plata y todo. No, ¡en serio lo digo! ¡La devolvieron con plata! Y no usaron las tarjetas de crédito. ¡Que no che! ¿Tan difícil de creer es?

Bueno, al aparecer mi billetera, me ví obligado a cumplir mi promesa. Me fui a afeitar, pero previamente hablamos con Saku de cómo siempre cuando uno se afeita se va dejando formas graciosas antes de afeitarse del todo, así que no se me ocurrió mejor idea que hacer eso. Saku estaba fumando afuera con Sol (una amiga de él que estaba en Ormond, donde los dos trabajaron un mes, y tuvo que venir a la embajada por un tema de la visa), entró a buscar algo, mirando al piso, levantó la cabeza, y me encontró sentado en el sillón con un sombrero de cowboy y un bigote de policía de los 70. Automáticamente se cayó al piso de la risa y no paró de reírse por un par de minutos….y como para no, se encontró con esto:



Mi idea era terminar de afeitarme, pero con la excusa de Mouvember, Steve Saku y Tracey básicamente me obligaron a dejármelo. Incluso Tracey me prometió 20 dólares si me lo dejo hasta el fin de noviembre. Asi fue como pasé un dia entero (incluyendo un paseo por toda el centro de la ciudad, compras, y visita a SMK) pareciendo un pedófilo narcotraficante mexicano, según palabras de Nick, mi jefe. Me comparó con Pablo Escobar. Se que es por su incapacidad de crecer un bigote decente JUM.

Esa misma noche me recorté el bigote, pero me lo tuve que dejar igual. De todas formas mi barba crece rápido, asique disimuladamente y haciéndome el dolobu, voy a dejar que crezca para que el bigote no resalte tanto. Esta es la secuencia de cambios de imagen:


Igual Saku para hacerme sentir menos mal, se dejó también el bigote, aunque a él le crece un poco menos:


De todas formas, hoy me afeito y Mouvember se puede ir a cagar. No voy a pasar mi cumpleaños pareciéndome a Alcides. Y después de mirar la secuencia de fotos…no me vuelvo a afeitar más.


Miércoles 23 de Noviembre de 2011, 6:17 pm – Casa, Wellington (- 3 dias)


Novedades


Ya presenté mi renuncia en SMK, a partir del 5 de diciembre soy desempleado. Pero tiene una razón, me voy a la isla sur. Hace rato que vengo con esta idea y si bien todavía no estoy del todo seguro como va a ser, lo más probable es que me vaya con otros argentinos. Conocí una salteña que va para el sur y tiene auto. No le gusta manejar asique manejaría yo, y ya armamos un plan en común. Saldríamos el 5 de diciembre para Nelson, pasamos un par de noches ahí, y después vamos bajando por la costa oeste, tranquilos, paseando, para llegar a Queenstown el 10 u 11. Y ahí buscar trabajo en las cherries, como fue siempre el plan. Después de eso seguramente vaya a visitar a Ben (inglés) y Lore (argentina) que están viviendo en Tekapo, un pueblo a mitad de camino entre Queenstown y Christchurch, ciudad que recordarán por el terremoto del año pasado seguramente.

¡Los mantengo al tanto! saludos gente