domingo, 6 de mayo de 2012

Despedida de una persona eterna



Hoy me dieron una de las peores noticias que podían darme. Me despertó mi vieja con un llamado para contarme que falleció mi tía Norma. Las palabras no me alcanzan para explicar lo que siento en este momento pero voy a escribir lo que pueda.

Hermana menor de mi abuela materna, mi tía era mi madrina por elección propia. Era mi segunda mamá como se suele decir. Parte de mi familia más cercana. Una de las personas más importantes y que más amé en mi vida entera, junto con mis viejos y mi tío, el hermano de mi mamá. Era la persona que siempre, siempre estaba cuando se la necesitaba. Siempre estuvo, y siempre iba a estar. Una de esas personas que uno espera que siempre esté, sabe que siempre va a estar, que parece inconcebible pensar que en algún momento no va a ser así. Pero resultó ser tan humana como cualquiera de nosotros y hoy me toca despedirme de ella. Paradójicamente fue el corazón lo que le falló, cuando su corazón era lo más grande que tenía. Es algo que no puedo creer, no puedo entender y que no sé cuando pueda aceptar.

Es sin duda la pérdida más grande que tuve en mi vida, y se llevó un parte de ella. Queda un vacío en mi vida que nadie va a poder llenar.

Hoy me despedí como pude, a la distancia. Elegí la mejor piedra de la playa, le di mis palabras, un beso y la tiré con todas mis fuerzas al mar, esperando que de alguna forma le llegue.

Tu cuerpo pereció, pero vas a estar siempre conmigo. Siempre.




A la memoria de Norma Bayarri.
QEPD.

Despidiéndome en Ezeiza, asomandose desde atrás.