jueves, 23 de febrero de 2012

Cruz del Sur / Motueka


Martes 24 de enero de 2011 – Central Cherries, Cromwell


Vuelvo a escribir sin haber dejado pasar mucho tiempo, porque cambiaron un par de cosas y las voy a escribir antes de olvidarme.

Primero igual quería hacer un par de aclaraciones en cuanto a la actualización anterior:

- Nunca vino el guardaparque de Fox Glacier después de sacarnos la foto, era una simple exageración chistosa

Eso es todo


Seguimos entonces. Los días en Cromwell continuaron normalmente sin ningún sobresalto.
Hasta ahora que acabo de quemarme la lengua con unos noodles, y se me durmió. Culpa de la Phillys (taiwanesa), que vió que me hacía unos noodles (porque la Kozué, japonesa, y Pei Lin, la china hablaban de comida y me dieron hambre), y me tiró unas ideas para hacerlo más rico. Le puso huevo, y Kozué aportó con unas rodajas de salchichas que estaba cortando, y repollo. Mi ansiedad me ganó y me comí los noodles con el agua aún hirviendo.

Como venía diciendo, los días en Cromwell continuaban sin sobresaltos. Mucho trabajo me impidió conectarme seguido, en consecuencia, hablar poco con la gente en Argentina. Saku empezó a ser sorter como yo, y a los pocos días ya estaba alcanzando a los mejores. Aparentemente eso no fue bien visto por el dueño, que mandó a pedir, a través de una de sus voceras, que baje el ritmo. Saku bajó el ritmo hasta ser el más lento. Lo cual tampoco le habrá agradado a Jack.

Antes de seguir necesito contar algo. Los asiáticos cuando trabajan son máquinas. De alguna forma se mantienen concentrados todo el día y mantienen el ritmo. Cuando tienen un trabajo repetitivo como éste, se convierten en un engranaje más de la máquina. Es así que los mejores sorters acá son todos asiáticos. El top 3 incluye a Kozué, Hong y Pei Ling. Y casi siempre entro yo 4, con unos 8 a 10 baldes menos por día; si tenemos en cuenta que el promedio actual es entre 6 y 7 baldes por hora, hay una gran diferencia. Solía pelearme con Wilson (otro asiático) por ese puesto, pero ahora que se fue quedé yo. En la pizarra siempre ponen los dos mejores sorters, y son siempre, siempre los mismos 3 que se turnan.

Con tanto trabajo fui mejorando, aunque mi problema principal seguía siendo el mismo. Muchas veces empezaba hecho una luz, sacaba tres baldes en menos de 20 minutos…pero automáticamente mi mente se aburría y flotaba hacia otros rumbos, dejando al cuerpo trabajando en piloto automático, lo cual por supuesto, es más lento.

Una tarde, después del último descanso y con sólo dos horas por delante, decidí ponerme las pilas y tratar de mantener el ritmo. Y anduve bien, asique la mañana siguiente decidí hacer lo mismo. Esa “mañana siguiente” fue el día de ayer. Mantuve un buen ritmo todo el día. Cada vez que mi cabeza empezaba a divagar, me auto-obligaba a concentrarme. Al terminar el último break (descanso), y justo después de que echaran a Saku, ví que la mejor sorter, Pei Lin, me llevaba unos dos baldes de ventaja nomás. Sí, echaron a Saku, creo yo que por su rebeldía; de todas formas sólo quedan dos días más de trabajo, asi que no le importó mucho. Saku es una máquina cuando quiere también, aunque no sé si puedo catalogarlo como asiático, es un japonés trucho.

Al ver que podía alcanzarlos me puse las pilas. Imagínense que para alcanzar a los chinos, tenía que ser aún más rápido que ellos. ¡Me maté! Revoleaba las cerezas a diestra y siniestra. La espalda baja me estaba matando y el cuello estaba duro, pero seguía porque quería ganarles a los chinos como sea.  Con cada balde que terminaba, echaba una mirada la pila de baldes de los top 3. Me iba acercando, de a poco. Pero se me adelantaban a veces también, asique subía el ritmo más, ya no me importaba nada. Llegando a los últimos baldes íbamos los 4 cabeza a cabeza. Al terminar, Jack, el dueño contó todos los baldes, y fue a la pizarra a poner quienes fueron los dos mejores.

Yo  transpiraba…

El primero fue:

 CS con 50 baldes (quien carajo es CS? No sé, tuve que preguntar…era uno de los nuevos, un malayo..asique otro asiático más, supongo que se llamará Counter Strike).

Puteé, y esperé a ver si entré segundo por lo menos….
Primera letra: P… de Pei Lin
Putée y me volví a mi puesto. Pero  ví que seguía escribiendo, en el mismo renglón del 2do mejor sorter, asique hubo un empate…Segundo nombre: Hong.. la puta madre
Pero siguió escribiendo, y quien fue el siguiente? Su servidor, y también Kozué. Asi que terminamos los 4 empatados con 48 baldes.


Jueves 26 de enero, 11:31 pm – Central Cherries


Con Laura la alemana, nos compramos un jose cuervo, y nos lo tomamos todos, estoy totalmente ebtio. esto es genial!


Martes 31 de Enero de 2012, 6:34 pm – Ruta Nacional 6


Antes que nada: ¡FELIZ CUMPLE VIEJOO!! No te pude llamar a las doce porque justo hoy estamos viajando el último tramo, entre Hanmer Springs y Nelson. Se preguntarán que carajo hacemos viajando otra vez para Nelson, bueno, para explicarlo, pasaremos a un párrafo aparte.

El trabajo de las cherries era por temporada, la temporada terminó asique el trabajo también. En consecuencia, no tenía sentido quedarnos ahí, asique decidimos marchar rumbo norte (aunque lamentablemente casi todo Cromwell tuvo la misma idea, así que va a estar superpoblado de latinos nuevamente). Pero antes de entrar en esta nueva mudanza, tengo que dar un cierre a la temporada de cherries, y creo yo, explicar lo escrito el dia 26 de enero; que está altamente relacionado al fin de temporada.

Habíamos quedado en el empate en 2do puesto con 48 baldes. Por supuesto no me iba a dar por vencido, aunque era una carrera contrarreloj, ya que sólo quedaban dos días de trabajo.

A la mañana siguiente intenté nuevamente empezar con todo, pero al ver que a la hora la respuesta cerebral no presentaba signos favorables, me di por vencido rápido. Estaba total y absolutamente dormido. Quienes me conocen saben que eso no es poca cosa, ya que cuando yo estoy dormido, presento la misma capacidad de reacción que una babosa. Vi que iba lento, y traté como siempre de darme ánimos. A falta de un grupo de porristas vestidas con polleras cortas y con la letra F en el protuberante pecho, me vi obligado a simplemente decirme a mí mismo:

- Dale, dale Facu, hoy vas a pasar a todos por arriba. Más rápido, más rápido, más concentración, dale dale dale dale!!!

La respuesta de mi cerebro fue concisa y al punto: No me rompas que estoy durmiendo, te pongo música y no jodas…  “Yo quiero volver a ver que brillen tus ojos hoy…(8).” Y bueno, me limité a escuchar música cerebral y trabajar al ritmo que podía. Al cierre de la jornada, con 54 baldes quedé a 6 de CS, y a 2  de los segundos que hicieron 56.

Último día. Desayuno de campeones (ordenás, y con tu propia lengua te estrangulás), con todo para empezar el día. Desde el balde uno, fui a mil, no podía dormirme ni con un solo balde si quería ganarle al ya legendario CS. No lo hacía por la plata, sino por el orgullo, no me podía ir de Cromwell sin haberle ganado por lo menos una vez a los asiáticos. Las horas pasaron y no otorgué un segundo de descanso. Con vistazos de reojo controlaba que fuera como mínimo a la par del malayo. A la hora del almuerzo, hubo recuento de baldes, y la lista la encabecé yo. 31 baldes yo, 30 el malayo, y los antiguos top 3, entre 24 y 28. Felicitaciones y sorpresa de todos. Creo que con eso el malayo se avivó que se estaba durmiendo en los laureles, así que para la tarde no se si le agregó una línea de sal a su almuerzo o qué, pero post-comida estaba imparable, me sacó como 4 baldes en las primeras 2 horas. Pero no pensaba darme por vencido. Vi que Kozué, Hong y Pei Lin quedaban atrás lejos, asique estaba entre CS y yo. Hasta las supervisoras me decían que venía muy bien, y que parecía venir primero. Entrando en la última hora CS parecía inalcanzable, y para la última tanda de baldes, ya estaba seguro que había perdido. Jack (el dueño de la orchard) fue el encargado del recuento otra vez. Vio mi pila, me felicitó, y contó.

Metí 75 baldes en 8 horas, un promedio de 9.5 baldes por hora (recuerden que el promedio oscila entre los 6 y los 7). ¿Saben cuántos hizo CS? ¿Quieren saber cómo terminó el recuento del último día? No se pierdan la próxima edición de “The Kiwi Life”.

Paralelamente, es necesario contar un poco sobre los últimos días en la orchard, pero no desde lo laboral, sino desde el tiempo libre. El lugar a orillas del lago donde fuimos aquella vez con Ben y Saku, terminó siendo nuestro lugar favorito. Una tarde compramos una caja de cerveza, y nos fuimos a escondidas con Saku y Kozué. Vimos el atardecer y nos quedamos hasta las 11:30 de la noche. Después de tantas noches sigo sin poder creer el cielo de Cromwell, entre tantas estrellas sólo puedo reconocer el cinturón de Orión (las 3 marías) y la cruz del sur.  Al día siguiente, después de la última jornada laboral, repetimos planes, pero esta vez con Tomi, Hong (que no le pierde pisada a Kozué ya que sabe que tiene competencia), la mismísima Kozué y dos alemanas que llegaron a mitad de temporada, Laura y Jackie. Y más tarde Ben, quien se quedó jugando al fútbol con los Vanuatu. Yo no jugué porque aún me duele el esguince del dedo. A la mitad de la noche cayeron de la nada los Vanuatus en un auto. ¿Se acuerdan que no toman alcohol porque su gobierno se los prohíbe? Bueno, cumplen tanto las reglas como nosotros. Estaban do-blados.

Al día siguiente teníamos una cena despedida a las 5. Cada uno tenía que cocinar algo típico de su país. Con Vir, Ana, Titán y Cheli hicimos unas empanadas de choclo. La cena fue genial la verdad, comida exquisita, y fotos de a montones ya que era la despedida. Estuvo todo muy lindo.

Arriba de izq a der: Kozué (Japón), Phyllis (Taiwan), Jackie (Alemania), Cheli (Chile), Ana (Argentina), Titán (Chile), Laura (Alemania), Patrice (Francia), Pei-Lin (China), Jeff y Hong (Hong Kong)
Abajo: Alguien y CS (Malasia), Yo y Vir (Argentina), uno (Francia), Carmen (Hong Kong)
Después de la cena teníamos planeado hacer una fiesta en el lago con los vanuatus, estaba muy ansioso, pero la lluvia no nos dejó hacerla. La noche anterior en el lago habíamos acordado con Laura comprar un tequila, y así lo hicimos. Una botella de José Cuervo Especial para despedir la temporada. Eso explica el comentario escrito anteriormente, el 26 de enero. Hong, Jeff y Carmen probaron tequila por primera vez en su vida, y les encantó. Al segundo Hong ya estaba muy alegre.Yo al quinto estaba políglota, ya que dije en cámara “mi nombre es Facu” en 11 idiomas distintos (9 reales más jeringoso y gangoso). Hong, Jeff y Carmen tenían Paua fresco que les trajo un amigo, quien los pescó en persona. Paua es como una almeja. Asique todos comimos paua. Primero crudo y luego cocido, viendo que crudo no era muy rico.


A la mañana siguiente, salíamos temprano para Nelson. Saku, Ben, Kozué y yo, ya que Pei Lin se bajó la noche anterior. Descubrimos que Saku tenía una enorme quemadura en la frente sin explicar, y que yo había arrancado la puerta del horno con la camisa de Saku (que no quedó entera tampoco). Esperamos a Ben que se había ido a Alexandra en algún momento de la noche, cargamos las cosas a la camioneta y después de una gran y emotiva despedida nos fuimos.

La despedida
No había chance de que yo fuera otra vez por la costa oeste, la cual ya manejé 3 veces en un mes. Así que fuimos hacia el este, con la idea de pasar primero por Mount Cook (el monte más alto de NZ y donde se firmó una escena del Señor de los Anillos, cuando intentan cruzar la cordillera por el Monte Karadrhas y al no poder deciden cruzar por las minas de Moria), Lake Tekapo, y después derecho para Nelson. Como viajamos Saku y yo, está claro que nunca seguimos los planes al pie de la letra. De hecho, nunca tenemos planes, generalmente nos mandamos a la buena de dios, y esta no iba a ser la excepción que confirme la regla.


Lunes 13 de febrero de 2012, 6:22 pm – Casa, Motueka, Nelson, NZ


En este momento no voy a contar sobre el “road-trip” de Cromwell a Nelson, básicamente, porque no tengo ganas. Así que vamos a adelantarnos un capítulo y a hablar un poco sobre las últimas semanas en Nelson y Motueka.

Nelson y Motueka

 
Llegamos el 3 de febrero a Motueka, y si mis cálculos no me fallan, llegamos entonces el 31 a Nelson. Siendo ya noche, fuimos directamente al hostel a dormir ahí. Fuimos al “Paradiso” ya que todo el mundo nos lo recomendó, y no estuvo nada mal. Dormí una noche en una cama decente, pero al ver que no me cambiaba nada a dormir en la van, volví a la misma. Acá hay algo que sí tengo que aclarar del viaje previo, y es que en Ashburton, donde pasamos una noche de camino, hay un recycling center.

En la puerta de la habitación en el "Paradiso"
Un recycling center es donde la gente lleva cosas que ya no usa, como muebles o camas viejas. Es algo similar al Salvation Army, pero en mayor escala. Encontrás todo tipo de cosas, podés amoblar tu casa entera ahí si así lo querés. Fuimos buscando una cosa en particular, una cama. ¿Para qué una cama si no tenemos una casa donde ponerla?, simple, para la camioneta. Teniendo una cama deja espacio debajo de la misma para ubicar las valijas, y a la vez hace las de sillón. Es algo que ví en varias camionetas y quería hacerlo. Esto me trajo algunos recuerdos del viaje y ahora me dieron ganas de contar sobre el mismo…capaz en un rato las ganas me superan y termino haciéndolo.

Mientras tanto, sigo donde dejé. Saku me pegó un grito desde el fondo del recycling center. Había una cama de 1 plaza, de una zapatilla talle 42 de alto (no tengo un centímetro y lo único a mano que tengo para medir son mis zapatillas, no me voy a levantar a buscar un centímetro, estoy acostado en esta misma cama, aunque no en la camioneta, ya vamos a llegar a eso). La cama en cuestión es de metal y blanca, y si bien le falta uno de los 3 tirantes transversales, funciona más que bien. Probamos el tamaño en la camioneta, y calzaba perfecto, y los dos colchones que teníamos iban también como guante a la mano. Terminó de convencer cuando el hombre nos dijo que valía 5 dólares. No, no compramos 2 colchones…los tomamos “prestados” de Central Cherries en realidad. Junto con las sábanas que usamos como cortinas. Y la almohada.

En fin, teniendo una cama en la camioneta, y cortinas para hacerla privada, no hacía falta dormir en el hostel. Así que dormí en la van las 2 noches siguientes, y me escabullía al hostel por la puerta de atrás para usar la cocina y el baño. Como la gente me conocía por haber pasado ahí la primera noche, no hubo problemas. Durante esos días estuvimos averiguando un poco como era el asunto con la temporada de manzanas, que es la temporada que le sigue a las cherries, y que fue la  principal razón por la que decidimos venir todos para acá (eso y el hecho de pasar el verano en una playa). Yo tenía ya alguna idea por mi paso previo por esta región con Ana y Vir en diciembre, camino a Cromwell. Aprendimos que la gran mayoría de las orchards están en la región de Motueka, un pueblo de 10.000 habitantes a poco menos de 40 km al oeste de Nelson, la tercera ciudad más grande de la Isla Sur después de Christchurch y Dunedin.

Ben es una de las personas más inseguras (a nivel decisiones) que conozco, y durante nuestra estadía en Nelson dudaba si quedarse con nosotros o bajar a hacer la costa oeste e ir a ver a su “novia” checa, Sasha. La fractura de una costilla de Sasha obtenida por tirarse de un puente al agua hizo que se decida y parta rumbo sur. Nosotros, Saku, Kozué y yo, en cambio nos mudamos a Motueka, teniendo la temporada de manzanas entre ceja y ceja. Un rápido escaneo por el pueblo visitando todos los backpackers, dio como resultado 2 opciones posibles: Un lindo hostel a 27 dólares la noche, o un sucucho viejo, abandonado y espantoso por 20 la noche, que nos horrorizó en el recorrido que hicimos para conocerlo. El hostel lindo tenía jacuzzi, salón de juegos, etc etc. El otro cocina, baño de hospital, y agradecé sino te come una cucaracha gigante como la de Alf (que la mató con perfume). El hostel lindo tenía una linda habitación compartida, el sucucho no tenía habitaciones, sino un container de puerto reconvertido a habitación, y casas rodantes (de esas que enganchás al auto y la llevás) estacionadas en el fondo, que simulan ser habitaciones. 

La habitación container

No hace falta decir cuál elegimos. Compras en el súper, y pasamos la noche en el sucucho, yo en la camioneta abrazado al perfume por las dudas, y los chicos en el container. Resultó ser no tan malo, nos terminamos sintiendo re cómodos ahí.

Cocinando en el hostel

En esa época Saku también se pudrió del pelo tan largo, asique no tuvo mejor idea que pedirme a mí que le corte…si, no digo nada mejor, dejo que las fotos hablen solas.

Facu Coiffeur
Ya en Motueka la búsqueda de trabajo se hizo más sencilla. A fuerza de preguntas y consultas, ubicamos algunas orchards en el pueblo, y en un área en Riwaka (un pueblito a unos 5 km al norte de Motueka). Llegamos bastante temprano a esta zona, ya que la gran oleada de Cromwell aún no llegó. Fuimos manejando buscando las grandes orchards que nos iban indicando, y metiéndonos a cualquier que encontráramos en el camino. Así conocimos bastante gente que trabajaba para grandes orchards y nos dieron algunas buenas pistas. Tuvimos suerte. Incluso en una de las primeras que visitamos, en Richmond, camino a Motueka, mientras llenábamos los formularios vino el mánager, y nos hizo una entrevista ya que justo estaba de paso. Creamos una composición de hechos y experiencias, no del todo certeras y verídicas, que nos dio una pequeña ventaja ante los otros postulantes, cuya pila de hojas de aplicaciones era de unos 2 cm. 

Buscando trabajo

También comenzamos a buscar casa en la zona, para reducir gastos y estar más cómodos, y trabajos en el pueblo en hospitality (hoteles, bares y restaurantes). Una mañana imprimimos los currículums y caminamos un poco por el pueblo. Saku se arrepintió, no dejó ningún currículum y se fue a pasear, y Kozué no quería trabajar hasta las manzanas, así que me acompañó a mí a buscar trabajo. Al segundo intento, el mánager de un restaurante justo buscaba ayudante de cocina (lo que hice en Wellington), así que se quedó con mi currículum, y de ahí fuimos a Countdown que estaba justo enfrente (una cadena de supermercados), a ver los anuncios que pegan en la cartelera. Un par de anuncios de habitaciones para alquilar, anotamos y nos fuimos. Esa misma tarde volvimos, los 3 esta vez, y había un aviso nuevo: “Se alquilan habitaciones para 3-4 trabajadores de verano en Motueka”. Nos dio buena espina así que llamamos y esa misma noche vinimos a verla. La casa era preciosa, mucho más linda que la de Wellington, y con un jardín trasero hermoso. La mujer también era re simpática. Así que ni lo dudamos, al día siguiente nos mudamos. La habitación tenía una cama doble y un colchón en el piso, pero hombre precavido vale por dos, ya tenía una cama en la camioneta, así que la bajamos y en este preciso momento me encuentro acostado en la misma.

La casa de Motueka

Después de visitarnos casi todas las orchards del área, nos tomamos unos merecidos días de descanso y fuimos a ver una playa que está acá a 10km, algo famosa: Kaiteriteri Beach.

Kaiteriteri Beach

Nos encantó, tanto que nunca prestamos atención a los teléfonos y nos llamaron de lo que creímos era una orchard. Intentamos desesperados llamar a ese número pero hacía sonidos de módem. También vi que me llamó el mánager del restaurante y me dejó un correo de voz. Lo llamé y me pidió que vaya el viernes a una entrevista, esto fue el miércoles. El jueves volvió a sonar mi teléfono y me encontró paseando por el recycling center de Motueka, buscando un espejito para la camioneta. No lo encontré, pero sí encontré algunas de las tuercas decorativas que le faltaban a las llantas. El que me llamó fue el manager de Hoddy’s, esa orchard en la que tuvimos la entrevista de casualidad, y era el mismo que nos había llamado el día anterior. Conseguimos trabajo en lo que estábamos buscando, recolectando manzanas. ¿Porqué buscábamos trabajo en el campo en pleno verano? Por la plata, estos trabajos dejan fortunas. Además esta bueno para variar, trabajar al aire libre todo el dia, rodeado de árboles, y encima estás totalmente en la tuya, porque trabajás solo. 

¡Con trabajo nuevamente! ¿Se nota que madrugamos ese día no?

Viernes a la mañana, fui a la entrevista al restaurante. Les gusté y me pidieron que vaya a las 6 pm a hacer una prueba. A las 2 fuimos a la orchard donde nos explicó un poco, nos pidió los datos, y nos confirmó que el miércoles 15 hay como un curso de introducción, y el lunes 20 empezaríamos a trabajar. Después fuimos a pasear por Richmond, compras, y a las 6 estaba bañado y presentable para la prueba.

Después de trabajar en Sweet Mother’s Kitchen, uno de los restaurantes más populares de Wellington, sino el más popular, no hay restaurante que asuste. La prueba la hice más que bien y me quedé con el trabajo.

Y así fue como en un mismo día conseguimos trabajo, yo incluso 2, y encima me compre algo de ropa en Richmond. En una semana me compré 1 malla Billabong, 1 Rip Curl, una chomba Lacoste azul, una camperita azul Quicksilver, 1 gorra blanca Billabong para trabajar, una camiseta de Taranaki Rockets, un equipo de la Rugby League de NZ, y un pulover Hallenstein’s. Entre todo gasté unos 70 dolares. Se imaginaran que aún me dura la alegría. Bueno sí, no necesitaba tooodo eso, ¡pero algunas cosas sí! De las 5 mallas que me traje de Argentina, sólo una me entra, las demás, imposibles, ni a presión. Lo curioso es que bajé 8 kilos desde que me vine. La teoría predominante es que estoy más culón y piernudo por subir y bajar las colinas de Wellington a pie.

Los Recycling center tienen aparte de muebles y esas cosas, libros, especialmente este de Motueka. Así encontré un libro que venía buscando desde Wellington: “Nuclear Power” (“Energía Nuclear”), donde explica todo todo. Asique me estoy estudiando el libro, y me encanta.  

Ahora estamos viendo si nos vamos a quedar en Motueka y trabajando en Richmond, y quedarnos cerca de la playa, o mudarnos para allá. ¡Ya veremos!
Y otra decisión más importante, es cuando volver a Argentina. Hay una cosa decidida, y esa es que después de Nueva Zelanda voy a seguir viajando, pero todavía no sabemos a dónde, y eso es clave para decidir cuándo volver a Argentina. Por ahora lo más probable es que vuelva a mediados de Julio y a fin de mes me vuelva para acá. Tengo que decidirlo porque antes del 7 de marzo tengo que cambiar el pasaje y poner la fecha definitiva.


Viernes 24 de febrero de 2012, 11:37 am – Casa, Motueka


Empezamos el trabajo, el lunes pasado. ¡Es durísimo! Terminamos destruidos. Es muy físico, pero te ponés unos auriculares y las horas se te pasan volando. El tema es el clima, el lunes y el martes el sol estaba durísimo, y ya de por sí acá el sol pega mucho más fuerte que en Argentina. Transpirás como cerdo, pero también nos llevamos todos los días 3 litros de jugo cada uno. Hay largas filas de árboles uno al lado del otro, y vos vas por el medio de las filas juntando las manzanas a ambos lados. Tenemos que usar una escalera de aluminio para subir a las puntas de los árboles, y la vamos cargando cada vez que nos movemos de árbol. Llevás como una especie de mochila-bolsa en la panza donde ponés las manzanas y después la descargás en un cajón de madera de 1mt x 1 mt x 1 mt. Considerando que estamos todo el dia caminando, subiendo y bajando escaleras, y haciendo equilibrio con una mochila-bolsa de 10-15 kg, y cargando una escalera de aluminio de 2.5 mts, vamos a terminar la temporada hechos unos toros.


El miércoles llovió, asique trabajamos como 4 horas bajo la lluvia. Horrible. Todo te pesa más, tenés que usar botas, piloto, se te mojan los anteojos y no ves una goma… la pasamos como el culo, pero bueno. El trabajo en sí está bueno, pero es muy cansador.

Del restaurante no me llamaron más asique tengo la excusa ideal para dejarlo. Igual hoy le mandé un mensaje al manager con mi número de cuenta porque necesito cobrar. Tengo desde principio de la semana $0.88 en mi cuenta bancaria, y la semana pasada tenía $3,67 (me compré una coca el lunes). Pero no pasa nada, ya voy a empezar a cobrar. Y Saku tampoco tiene un mango, asique tuvo que empezár a usar la tarjeta de crédito de emergencia.

Me gasté toda la plata que me quedaba el viernes pasado, el 17. Fuimos a llevarla a Kozué a la “introducción” y nos fuimos a pasear por Nelson. Pasamos por el recycling center local y nos volvimos locos. Gastamos 13 dólares y nos compramos: un par de botines Nike Ronaldinho 10 para Saku, unos Adidas F algo para mí, una pelota para Kozué, Un super chopp de cerveza para mí, 3 copas de vino, mis botas de lluvia, y algo más que no me acuerdo. Antes yo me compré una remera quicksilver, una chomba negra de nueva Zelanda, y dos remeras en el centro comercial de Richmond. Después de eso nos fuimos a tomar unas cervezas con los padres de Trace en la cervecería Stoke, que hace mi cerveza preferida, la Amber. Y de ahí nos fuimos a comer unos “fish & chips” (pescado rebozado con papas fritas) y nos volvimos para Motueka. Así se nos fue toda la plata, ¡pero en un día genial!.

Al día siguiente fue el cumple de Saku. Hicimos un buen desayunalmuerzo y fuimos a pasar el día a Kaiteriteri Beach. A la noche, unas birras y cena en la terracita de la casa.

Desayunalmuerzo
Nikora, Ngahere y Jo



Con Pablito Lezcano
Fachín y fachón

En la terracita de casa

Hay algo curioso y es que sin hablarlo ni planearlo, estamos ahorrando en celular. Un mes carga uno y usamos los dos ese. Al mes siguiente carga el otro, y usamos los dos ese. Somos unos cirujas jaja Pero bueno, nos mantenemos el uno al otro, cuando uno no tiene plata, el otro lo mantiene, y viceversa. De hecho ahora tengo que hacerle la verificación técnica a la camioneta porque se me vence hoy, y va a prestarme plata él para pagarla.

En la casa estamos viviendo Kozué, Saku y yo en una pieza, una pareja de checos en otra (Tomas y Alena) que están aprendiendo inglés, Kate una inglesa en la cabañita del fondo, y Cameron, un kiwi en la otra pieza de la cabañita. Además de Viernes a Martes está la que nos alquila la casa, Jo, mitad maorí mitad blanca, con sus dos hijos de 4 y 5 años, Ngahere y Nikora. Son dos terremotos.

Bueno, creo que eso es todo por ahora. ¡Y nos estaremos viendo en Julio gente! Vayan moviendo hilos para que La Beri toque a mediados de Julio, no pienso volverme para acá sin ver un recital.

Ya están un poco más al día con nuestra vida kiwi. Falta algo en el medio, el road-trip, pero eso va a quedar para la próxima. Ah sí, y también como terminamos el último día de trabajo con CS, lo cual también va a quedar para la próxima. ¡Abrazo de manzana!