Antes de empezar quiero contarles que uno de los mejores amigos que me dio la vida decidió venirse a Nueva Zelanda. También comenzó un blog para contar sus historias en territorio kiwi así como consejos e información para aquellos que estén planeando venirse. Si bien está en construcción, agendenlo que pronto va a empezar a ponerse interesante. Les dejo el enlace al mismo: Rompiendo los kiwis, por Nacho Iannella.
Regreso a Argentina
Como ya todos sabrán, ya tengo el pasaje para
volver a Argentina el 21 de enero de 2013, llegando a las 7:55 pm al Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini, o Ezeiza si les gusta más simple.
Gracias al apoyo que me dieron en la
empresa, pude aplicar para una visa de trabajo. Me dieron un contrato
permanente, lo cual no es nada común, en lo más mínimo. Pero a pesar de pelearla por casi 3
meses, Inmigraciones de Nueva Zelanda decidió que cualquier neozelandés podría
hacer el trabajo que yo hago. El problema es que ninguno quiere. La vuelta a
Argentina es, de todas formas, temporal, ya que voy a estar sólo por unos meses ahí para volver a
salir.
La situación no venía muy bien si se acuerdan.
Pero aún sigo acá, viajando, por lo que no voy a dejar que situaciones así me
tiren abajo.
La razón de esta edición especial es para contar algo justamente, especial. Debido a su importancia no puedo ponerlo como una sección más en una actualización. Pensaba ponerlo en la Parte II de la Edición Aniversario, pero sería restarle importancia, merece una actualización propia. Especialmente cuando el centro de este vuelco en la historia, es la kiwi.
La historia con la kiwi no terminó ahí donde
conté. De la nada empezó a llamarme, diciéndome que tenía algo importante para
decirme. A lo que mi respuesta fue “que se cague por p#$@”. Pero pasaron unos
días y seguía llamándome. Hasta que me cansó y atendí.
Por alguna razón que desconozco accedí a verla.
Por alguna razón que desconozco accedí a verla.
Les conté las razones por las que pasé tanto
tiempo sin escribir. Primero porque se me rompió la compu. Después de
arreglarla, no tenía ganas de escribir. Cuando tuve ganas de escribir, me
enteré de algo que no supe como contar.
Y aún no se como contarlo de hecho, pero
supongo que en algún momento voy a tener que hacerlo, y quiera o no es parte de
este viaje y como parte de tal voy a tener que incluirlo en el blog.
Llegué a un bar en Motueka, lugar de encuentro
ya que me rehusé a ir a su casa. Yo me pedí un capuchino, ella un cortado. No
puedo decir que lo que me dijo a continuación no lo pensé, ya que en algún momento cruzó por
mi cabeza como una posibilidad, pero lo descarté igual.
Sin darle vueltas al asunto, está embarazada, y por las fechas, es
mío. Supongo que tardé unos 10 minutos
en hablar. ¿Pero que hay para decir en una situación así? En otras
circunstancias hubiera sido feliz, pero bajo estas circunstancias…
Cambio de planes
Me llevó un tiempo decidir que hacer, y eso es lo siguiente. Voy a volver a
Argentina a buscar mi partida de nacimiento y hacer otros trámites que
necesito, para darle la nacionalidad argentina, me recibo ya que me faltan sólo
4 materias, y me vuelvo a NZ.
La visa de trabajo me la rechazaron, y por eso
tengo que irme ahora de todas formas, pero a la vuelta voy a casarme para
obtener la residencia y poder estar acá. En el trabajo me esperan. Asique por
suerte tengo ya trabajo permanente acá asegurado. De todas formas al traer el
título (aunque sea en trámite en un principio), debería ser fácil conseguir un
trabajo en turismo y con un mejor sueldo.
Me voy unos 3 meses a Argentina, y me vuelvo
para NZ, ya para vivir acá. Para Junio como tarde tengo que estar acá, para el
último mes.
Es muy confuso todo. Por un lago tengo una
alegría inmensa, ya que es una noticia que no tiene igual, pero por otro lado
es todo tan difícil. Criar a alguien con solo un lado de la familia, ya que el
otro está del otro lado del mundo. En una pareja que no es pareja, y que de
hecho no se como se va a llevar todo.
Admito que estoy muy contento de volver a Argentina. Volver a pisar mi tierra después de casi 18 meses no es poco. Volver a ver viejos amigos, a la familia. Admito que estos 18 meses se pasaron volando. No puedo creer que hace ya tanto tiempo me fui. Y menos puedo creer que voy a volver ahora, como dije antes, no estaba en ningún plan. Pero desde el principio, nunca seguí ningún plan trazado de todas formas.
La situación es así, y hay que acomodarse
a ella. Es difícil poner en palabras lo que en este momento está dando vueltas
por mi cabeza. Creo que hay una sola cosa que puedo decir: feliz día de los
inocentes.
No cuenten nada, así se mantiene la
sorpresa.
Con pura maldad,
Con pura maldad,
Yo.