lunes, 7 de enero de 2013

Edición Aniversario, Parte II



Vista desde la cima de la segunda pista

Acabo de ponerme a leer las ediciones anteriores del blog, lo cual claramente no hice antes de subir la primera parte de esta actualización. Digo claramente porque me di cuenta que conté algunas cosas como novedades que ya había contado en la edición anterior “Dulces, dulces vacaciones”. Entre ellas la fiesta de fin de temporada en Hoddy’s, la opción de mudarnos a la casa de Hoddy’s (donde aún estoy), el hecho de que el gordo se iba a Japón y la existencia de Ivana, Toni, y hasta el venezolano. Ivana hasta está en una de las fotos de esa actualización.


También me di cuenta lo aburrida que fue la primera parte de esta actualización. Le faltó mucha onda. En mi defensa es difícil meter 6 meses de vida en donde solía meter 1 mes y mantener el estilo. Además de que el estado de ánimo influye mucho al escribir. Es por eso que mientras espero las benditas fotos, voy a releer toda esta actualización y escribirla de nuevo. De hecho en eso estoy ahora mismo.

Me faltan aún algunas fotos para esta actualización, pero no quiero postergarla más (especialmente porque pronto tengo que subir la siguiente), asique pongo las fotos que tengo a mano, y en la actualización próxima, subiré las fotos faltantes.

Nota aparte: No puedo creer que entre la poca música que sobrevivió en mi compu tenga “Barbie Girl”. La estoy escuchando ahora.



Remontada

Sé que la última edición no fue la más alegre ni divertida de todas, aún siendo optimistas. Si decimos que fue bastante depresiva y aburrida sería más acertado. Mi estado al momento de escribir era igual.
Pero pasado el momento, y habiendo vuelto los ánimos a un nivel más normal, vamos a intentar que se refleje en esta actualización.

Pasé unos meses de mierda a decir verdad. Pero todo pasa y de todo se aprende.  Asique una vez más le pusimos pilas y todo empezó a repuntar una vez más. Empezando por el trabajo.



Back breaker Field team (equipo de campo rompe espaldas)

Ahora suena “Everybody” de Backstreet Boys. Después de esto voy a tener que darme una dosis de Pappo para equilibrar la balanza. Hay una explicación de porqué estoy escuchando esta canción. No hay una de porqué está en mi compu.

Se acordarán que estaba en el divertidísimo y variado grading shed, donde puse mis dotes de bailarín a la vista esperando que alguien me recomiende para trabajar en algún boliche o video clip musical, pero la oportunidad no llegó. Seguramente estaban todos muy ocupados trabajando como para darse cuenta del semejante talento que estaba frente a sus ojos. Lo que si no puedo explicar es porque todos me miraban y se reían. Seguramente contagiaba buena onda.

Salí por fin  de allí justo cuando el clima empezó a cambiar y empezamos a ver el sol después de un largo tiempo. Por alguna razón acá llovió durante dos meses, casi sin respiro, de lunes a domingo. Muy, muy deprimente. Dos meses de frío y lluvia, algo inédito en esta zona. La primavera empezó a principios de Septiembre, pero no trajo mejoras en el clima hasta unas dos semanas después. Al principio teníamos mañanas muy frías, y en dos horas pasabas de estar todo emponchado a estar en remera al sol.
  
Acá no hay capa de ozono, con lo cual el sol pega muy fuerte. Entonces te encontrás con el sol que te quema la piel, y repentinamente se cruza una nube, y te ves temblando y buscando un buzo. Te ponés el buzo. Se corre la nube y sentís que si caminás por encima de piedras al rojo vivo, te refrescarían los pies. Te sacás el buzo. Aparece otra nube. Temblás. Así es todo el día.

Eso puede ser bastante molesto. Especialmente cuando te sacas el buzo, el pantalón largo y el gorrito de lana, lo apoyas sobre una las cañas que van pegadas a los árboles y seguís moviéndote a lo largo de la fila;  a los 50 mts pegás la vuelta, te emponchás, y a los 5 minutos tenés que sacarte de vuelta todo y repetir el proceso. Nunca me vestí y desvestí tanto en mi vida, aunque pensándolo bien, la práctica puede resultar útil en algún momento. Si le sumamos el baile en el grading shed en cualquier momento me hago stripper. Tendría que resolver la falta de abdominales y músculos para mostrar, pero eso es lo de menos, lo que importa es la actitud (¿?).

Ahora, un par de semanas más tarde, mis brazos están tomando color, y si así estamos a fines de Septiembre, para febrero  voy a ser un africano. Si le sumamos que no me corto el pelo desde que hice lo del Hobbit en abril, para febrero tengo el afro y el color para hacerme pasar por un Vanuatu cualquiera. Iba a poner que cuento con otra característica por la cual los negros son conocidos, pero dejemos mejor lo sexual para el final de la actualización.

Como dije, ahora estoy en el field team (“fild tim”, equipo de campo). La jefa es Lucy, aunque a las pocas semanas vino George reemplazando a Lucy como la supervisora, pasando Lucy a ser la 2da al mando. George es un maorí, que entre su acento y la falta de una paleta delantera en su dentadura hace que muchas veces se le haga difícil entender que carajo te está diciendo. Pero es muy buena onda. En el equipo también están Amber,  JP (“shéi pí”, un pibe kiwi), y Seba (uno de la tanda de latinos que llegó hace poco). Más tarde llegó Ana, otra chica kiwi de 17 años. En el medio hubo otros compañeros pasajeros, pero como duraron poco, ni los nombro para no confundirlos al pedo.

En cuanto a esta tanda de latinos, un día estábamos trabajando en el campo, y aparecieron dos pibes nuevos, recién sumados al equipo. Cuando venía trabajando en el pasillo de al lado de ellos (todos los campos están plantados con hileras eternas de arbolitos, quedando pasillos en el medio), escucho que hablaban español. Seba y Rodrigo, dos chilenos muy buena onda. Junto con ellos llegaron dos más, pero ubicados en otros sectores. Vicky, argentina, novia de Seba; y Juanpa, chileno. Junto con Héctor y conmigo, somos el escuadrón latino en Waimea Nurseries.

Como será que ahora la mitad de la empresa está hablando en español. Cotidianamente escucho frases como “Es importante” (sacada de la canción homónima de la Bersuit que un kiwi escuchó y le gustó y la repite espontáneamente a diario), “profundo” (dicho por mi jefa y otra compañera cuando estamos plantando, a lo que ya llegaremos más adelante), o directamente  “La Concha de tu madre” y “La Reina Puta” (como una compañera se autodenomina tomando esa frase como traducción de Queen Bitch).  A esa misma compañera le enseñé a decir “La rubia es de Facu”, haciendo mención a una chica rubia nueva que llegó y está más buena que comer dulce de leche con una cuchara.  Créanme que es gracioso escuchar a una maorí gritando en medio del campo "Hey!, Héctor! La concha de tu madre!". Pero todo esto viene en realidad mucho más adelante, no nos adelantemos. Ya les voy a presentar a todas estas personas.

Antes de nosotros hubo pocos latinos. El gordo fue uno obvio. Y antes de él, un tal José, que dejó muy malos precedentes para los argentinos. De hecho cuando el gordo y yo llegamos, todos nos miraban con miedo. Se preguntarán ¿por qué?. El tal José es famoso en NZ. Incluso el gordo escuchó de él en Mount Manganui (Isla Norte). Es un loco al que echaron de todo hotel, casa, y trabajo donde estuvo. Literalmente. Lástima que no llegué a conocerlo, es una entidad acá. Un loco de mierda aparentemente.

En el field team hacemos básicamente tareas de mantenimiento sobre las plantas. Recuerden que hay campos enteros plantados con cientos de filas, con cientos de plantas por filas. Hay cientos de miles de arbolitos plantados. Paso ahora a contarles que es lo que hacemos en este equipo de trabajo.

Manzanos
Una de las tareas a realizar es ponerles cañas al lado de cada árbol, para que crezcan derechos. Esto se llama canning (“quéining”) y es pago por producción, quiere decir que te pagan según la cantidad de cañas que pongas. Igual que la recolección de manzanas.

Algunos trabajos te pagan por hora, y otros por producción.

El tema es que para este trabajo tenés que estar agachado constantemente, sobre todo si querés ir rápido. La técnica es llevar un manojo de unas 40 cañas de bambú que tienen entre 1,20 y 1,40 mts de alto, apoyadas sobra una pierna mientras que con cada paso agarrás una caña y la pones en su lugar correspondiente, te movés constantemente, y siempre agachado. Se imaginarán lo que esto le hace a tu espalda. Llegué a tomarme 4 calmantes en una mañana para poder trabajar.

Sumado a esto, al ser las cañas de bambú, siento que le estoy quitando el alimento a los pobres osos pandas de la China.

Yo por mi parte llegué a plantar más de 4100 cañas en un día, pero igual quedé lejos del más rápido que es Adam, el filipino tamaño mini, que claro, como todo mini se mueve rápido que metió 5600.

Las demás tareas no son mucho mejores. El spraying (“spréing”, como spray) es lo mejorcito. Llevas un tanque de 20 litros en la espalda, lleno de agua y herbicidas, y vas caminando por las filas rociando toda la fila y alrededor de las plantas. Las otras dos tareas son grabbing (como se lee), disbudding (“disbáding”) y tapening (“téipning”)Consideren que todo lo que hago acá lo hago por primera vez, por lo tanto todos los nombres técnicos los aprendo en inglés, no tengo idea que palabras se usan en español

El grabbing consiste en ir con un pico arrancando de raíz toda la maleza que es demasiado grande para matarla con el spray. A veces esa maleza cubre completamente los arbolitos como se ve en la próxima foto. A la derecha se ve a JP sobre las filas de arbolitos recién plantados, y en el medio a Daniel, quién me ayudó con mi fila, verán que no fue cosa fácil. 

Lindo, lindo trabajo.


El tapening es básicamente “atar” la planta a la caña con una cinta plástica que no es autoadhesiva, sino que se engrapa. El trabajo consiste en ir por la fila con un artefacto diseñado especialmente para esta tarea, y que funcionan para el culo. De hecho Lucy, la jefa, contó que en su primer año se calentó tanto con la maquinita que la partió al medio y la enterró. Cuando vino el equipo que saca los árboles del suelo (el ya mencionado lifting team) se encontró con los restos de la maquinita enterrados. Yo por ahora más que revolearlos lejos y golpearlos no llegué. Una vez más, para hacer esto tenés que estar a la altura de los pequeños árboles que no pasan los 40 cm de alto, y encima tenés que enderezarlos, y poner la caña en su lugar correcto, y ese lugar correcto es a un par cm. de la planta, y exactamente frente al bud (“bád”).

¿Qué carajo es el bud no? Uf, yo sólo me meto en esto….La última tarea, el disbudding, tiene mucho que ver con el bud. Si miran un arbolito en crecimiento, van a ver como unas puntitas que salen del tallo o tronco, que van a ser las futuras ramas. Lo que hacen acá es cortarle ese pedacito de un árbol de cierto tipo y variedad, y ponerlo en otro árbol del mismo tipo, pero diferente variedad. Aparentemente esto hace que el sabor de la fruta sea muchísimo mejor. Pero como le conté a un compañero de la facultad hace un tiempo, no me afecta saber exactamente que reacción química hace que poniéndole el puto bud le cambia el sabor a una fruta que jamás voy a probar de todas formas.

El disbudding  entonces, consiste en arrancar toda rama u hojita que NO es del bud de esa variedad distinta. Me molesta estar diciendo bud todo el tiempo, vamos a ponerle otro nombre: Vertracio. Se corta el árbol justo arriba del vertracio, y se saca toda forma de desarrollo aparte del ya mencionado vertracio, así todos los nutrientes van al mismo. Como se imaginarán, para esto también tenés que estar agachado de forma que tus manos lleguen a 20cm del suelo y tus ojos puedan distinguir al vertracio de las demás ramitas. Tengo la ciática al a miseria, y estoy en mis 20s todavía.

Necesito un masaje tailandés con final feliz.

Eso del final feliz lo agregó mi subconsciente. Acá los quiere saludar, le paso la compu.

¡¡¡Que ondaaaa gente!!! ¡Dejen las preocupaciones, tómense una cerveza, disfruten de los amigos, el sol y la naturaleza, viva la música y el sexo libre!  ¡Carpe Diem!

Volví yo, el consciente. Mi subconsciente parece tener cierto espíritu hippie. Lo banco igual.



Kevin, Miri y el snowboard


Dios mío, ahora suena “Believe” de Cher. Mi compu tiene un bizarro ataque noventoso.

En una empresa como Waimea Nurseries, es común que haya un constante recambio de empleados. En mis últimos tiempos en Motueka, y yo aún en el grading shed, llegó un pibe alemán, Kevin. Lo conocí en los smokos (recreos) y almuerzos. Buen pibe, muy interesado en la cultura latina, y como siempre, cada vez que me preguntan sobre Argentina o la cultura latina, puedo hablar sin parar por horas. Por idea de él, Ivana, o Toni (probablemente Ivana conociendo quien llevaba los pantalones en la relación) terminamos arreglando ir a un centro de Ski que queda a 3 horas manejando. Yo hice ski en el viaje de egresados, por lo que esta vez opté por snowboard. Conseguí una tabla y botas prestada de Jordi (compañera irlandesa que resultó ser torta), y así nos fuimos un sábado hacia el Rainbow Ski Field. En el auto éramos Ivana y Toni, Kevin y Miri (su novia), y yo y mi barba.

Camino a Rainbow Ski Field
Subiendo la montaña


Kevin, Toni, Yo, mi barba, Ivana, Miri

Por ser la primera vez empecé en la pista para principiantes, vergonzosamente llena de nenes, y yo, la única persona con barba aparte de los padres que acompañaban a los nenes.


La diferencia entre la primera y segunda pista es grande, y es recomendable manejarse casi a la perfección en la primera para mandarse a la segunda.
¿A un argentino le van a venir a decir eso?  A la primera que llegué bien al final sin caerme ni una vez, me mandé a la siguiente pista. A los 20 segundos estaba en el fondo de la pista contorsionado como un acróbata chino. Casi que me podía morder el meñique del pie pasando mi pierna por atrás de la nuca. Volví a la pista de principiantes.


Eu
No por mucho igual, a la primera que llegué al final 3 veces seguidas sin caerme, volví a la segunda pista. El primer intento no fue tan grave. Comí un poco de nieve, me gané un moretón en una nalga, y volvimos a subir (lo cual ya de por sí era toda una travesía). Después del segundo intento decidí retirarme del snowboard e ir a tomarme un café a la cafetería hasta que cerraran la pista y mis amigos volvieran para irnos. Estuve unos 3 días sin poder sentarme. Snowboard 1 – Facundo 0



Esain Automotores S.R.L.


Como ya les adelanté, me compré un segundo autito, un Holden Gemini 1987. Holden es Chevrolet, se le cambió el nombre acá por razones de marketing. Lo compré por 500 dólares, y lo fui a buscar a Blenheim, una ciudad a unos 120 km de Nelson.  De paso visité a Denise, una chica que iba a la colonia del banco conmigo de chicos, y pasé la noche allá en una fiesta latina. Después de manejar el auto de vuelta por unas 3 horas, juré no volver a comprar un auto lejos para traerlo a Motueka (aún vivía allí).

Al tiempo puse a la venta a Amelie, ya que no la estaba usando más. Y aunque me rompió el corazón, se la vendí a Kevin por $700 más de lo que la compré, a pesar de tener una óptica rota por una simpática piedra en la ruta, y el espejo retrovisor izquierdo faltante, gracias a un simpático ladrón que me lo robó en Queenstown en año nuevo. Igual se la vendí barata, ya que podía haberla vendido por más tranquilamente, pero aún así fue el primer negocio de compra-venta automotriz exitoso. ¡Adiós adiós vieja compañera de viaje!




El Holden me alcanzaba para moverme para todos lados. Pero claro, una vez que le tomás el gustito, querés más. En Argentina a lo máximo que llegué fue una motito china barata que no pasaba los 85 km/h en Gral. Paz, ganándome el odio de todo conductor apurado y colectivero. Con estos últimos el odio era recíproco, ya que les encantaba pasarme lo suficientemente cerca como para pegarme en la nuca con el espejito retrovisor. Pero nunca nunca llegué a tener un auto.
NZ es un paraíso automotriz, el Holden me lo compre con una semana de sueldo. En Argentina con una semana de sueldo te comprás un kilo de papas.



La venta de Amelié dejó un pequeño vacío en mí, que el Holden no supo llenar. Así fue como al poco tiempo me compré otro auto, el 3ro en un año. Pero no cualquier chatarra! Me compré un lujoso Toyota Corolla 1.5lt. ¿Se acuerdan que juré no volver a ir a buscar un auto tan lejos? Bueno, el Corolla no estaba a 3 horas de viaje…estaba a 6. Así fue como un domingo me subí a un micro tempranito rumbo a Christchurch, con previas paradas intermedias en ciudades que no conocía, como Kaikoura.

Seguramente Christchurch (léase “craistcherch”, la “t” apenas se pronuncia) les suene bastante, ya que fue el epicentro de un terremoto de 6.3ML que destruyó la ciudad a principios del 2011; sólo unos meses antes de que me viniera a NZ, generando un ataque de nervios en mi vieja, lo cual de todas formas, no es difícil de conseguir. 
El centro aún sigue destruido. Muchos negocios optaron por poner containers (de esos que se ven en el puerto), y operar sus locales allí.

Después de vagar por la ciudad un poco buscando alguna forma de llegar al aeropuerto, donde me esperaba Rodolfo (más adelante les contaré por que el auto se llama así), terminé en un colectivo que me dejó justamente allí.

Me subí al auto, tardé unos minutos en caer, y tardé otros minutos en entender como funcionaba la caja automática. El viaje de vuelta me llevó el doble de tiempo que el del Holden desde Blenheim, ¡pero cada segundo valió la pena!

Pero claro, para mí 2 autos no eran suficiente. En una situación que explicaré más adelante, me encontré con una china desesperada por vender un BMW ya que tenía miedo de manejarlo, no sabía nada de autos, y quería irse al sur. Con Rodri fuimos a verlo, nos hicimos los mecánicos que sabíamos todos los problemas del auto, y si bien lo tenía publicado a $3000, se lo sacamos por $1700, mitad mío, mitad de Rodri.

Por supuesto que lo usamos para tirar facha por las calles de Motueka, y por Kaiteriteri Beach. Así se siente tener plata y manejar un BMW.

Ahora el pibe que tenía una bicicleta con motor en Argentina, es dueño de un Holden Gemini , un Toyota Corolla, y  un BMW 318 ti.



Pero al poco tiempo me rechazaron el primer intento de visa, como les conté en la edición anterior, asique vendí rápidamente el BMW por $2300, y el Gemini por $900, para sacármelos de encima antes de que me echen del país y tenga que vender en una semana 3 autos.



Terremoto del 3 de Julio de 2012

Como muchos sabrán Nueva Zelanda está ubicada sobre el Círculo de Fuego del Pacífico. La falla Alpina corre cercana a la costa este de la Isla Norte, y por el centro de la Isla Sur, por debajo de la cadena de los Alpes Neozelandeses. De hecho, para contar con exactitud sobre el terremoto del 3 de julio, entré recién a la página del servicio geológico de NZ, y vi que tan sólo esta mañana (9 de diciembre) hubo más de 30 terremotos en el país, pero todos casi imperceptibles. Leyendo un poco más, vi que hay miles de terremotos al año. Por supuesto escucharon del terremoto del 22 de febrero del 2011 en Christchurch, de magnitud 6,3ML cuyo epicentro fue sólo a 5km de la superficie y a 10 km del centro de la ciudad, el cual les acabo de contar. Murieron 181 personas y 200 fueron desaparecidas dados por muertos. Este terremoto fue uno de los 9.300 temblores que fueron réplica del terremoto del 4 de septiembre del 2010, de magnitud 7,1ML a 10 km de profundidad y a 40 de la ciudad, sin muertos directamente ocasionados por el temblor. Si bien este último fue más de 6 veces más fuerte que el de febrero del 2011, y liberó 16 veces más energía total, al estar más lejos de la ciudad, sus consecuencias no fueron tan graves.

El 13 de Junio del 2011 hubo otra réplica fuerte de 6,3ML a 6 km de profundidad y a 10 km de la ciudad. Terminando de destruir muchos edificios ya dañados. Entre estos dos terremotos se calculan pérdidas por más de 20 mil millones de dólares.

El terremoto registrado más importante, desde los primeros asentamientos europeos en el siglo XVIII, fue el 23 de enero de 1855 cerca de Wairarapa en la Isla Norte, con una magnitud de 8.2 ML. El terremoto de Chile del 2011 fue de 7.1 ML.

Viviendo en un país así, tarde o temprano me iba a pasar a mí también. El 3 de Julio del corriente año me encontraba en la casa de Sue, la kiwi con la que estaba en Motueka. Su hija estaba de vacaciones con el padre en la isla norte asique estábamos los dos solos. Pasadas las 10:30 pm, yo estaba sentado en el living y ella se fue a buscar algo a la pieza. Cuando volvía se quedó un parada cerca de la puerta del living. De pronto sentí como que un camión pesado pasaba junto a la casa, haciendo temblar un poco el piso. Pero los segundos pasaron y ese temblor empezó a sentirse más. Los camiones no pasan por Poole St, y aunque pasaran el temblor estaba tomando tal fuerza que jamás ningún camión podría producir. El temblor se hizo más fuerte a cada segundo, y ahí ya no quedaba duda de que era un terremoto. Sue se fue corriendo a pararse abajo del marco de la puerta y yo me quedé sentado paralizado, un poco por miedo, un poco por no poder creer que estaba en medio de un terremoto. Duró un minuto aproximadamente, no más. El tema es que no sabíamos nada del mismo, Sue ya venía paranoica desde antes por estar su hija lejos, y encima con el terremoto aún peor, estaba sacadísima. El terremoto pudo haber sido en cualquier lado, Christchurch, Wellington, o más al norte, donde estaba su hija. Enseguida encendimos la tele mientras ella intentaba contactar al padre de la nena y a su mamá que vive en Christchurch. Sue vivía en Christchurch antes de mudarse a Motueka, por lo que vivió varios terremotos.

Se contactó, todos estaban bien. Todos lo habían sentido. La madre en Christchurch lo sintió unos minutos más tarde que nosotros, por lo que el terremoto había sido más cerca de nosotros. En la tele empezaron a aparecer las noticias, pero difusas, no sabíamos nada. Yo mientras tanto buscaba en Geonet, la página de internet del servicio geológico de NZ. Fueron pasando los minutos y en Geonet se publicó el temblor con una intensidad de 7,0 ML en el estrecho de Cook. El estrecho de Cook es el que separa la isla norte de la sur. Motueka está a orillas del mar, sobre el estrecho de Cook. A esta altura a los pocos minutos de terminado el temblor empezó a llover afuera, pero no una lluvia normal, era como cuando te salpican agua. Ni bien leí eso me fui afuera, mirando hacia el noreste, hacia el mar. El ruido del mar no me lo olvido más. Nosotros estábamos a unos 2 km del mar, unas 20 cuadras. El mar rugía enfurecido y el cielo sin estrellas dejaba caer algunas gotas, salpicándonos. Las gotas venían del mar, no era lluvia normal. Pensamos en los tsunamis. Pensé en mis amigos que vivían a 100 mts de donde estaba yo. Pensamos en subirnos al auto e irnos hacia las montañas. Las montañas que rodean Mot son colinas bajas. Pensé en ir hacia Takaka, donde son más elevadas, pero para ello tendríamos que manejar paralelos al mar por algunos kilómetros.

Abandonamos el plan de evacuación y nos quedamos en casa mirando el noticiero que poco a poco iba recolectando más información a la par nuestra. Algunos decían que el terremoto era de 7,2ML, otros 7,1, otros 6,5ML, otros 6,2ML.

El terremoto fue a unos 170 km al norte de Motueka, y a 260 km de profundidad bajo el lecho marino. Nada pasó. No hubo tsunami. Por ser tan profundo es que no hubo tsunamis. Ni muertos. Pero que cagazo. De todas formas tengo que admitir, me encantó; adrenalina pura.



Un poco de amor alemán Y ALL BLACKS VS. PUMAS


Empecemos por el principio. Volvemos algunos meses hacia atrás. Mi última casi presencia para Motueka A.F.C. fue un miércoles, cuando en el pre-calentamiento me enteré de aquello que ya les conté en la edición anterior.

Me di sólo un día de permiso para estar mal y el viernes ya me propuse seguir adelante y ponerle toda la onda. Ese mismo viernes fui a una fiesta en una casa en Nelson, invitado por Kevin. La asistencia a la misma fue 50% asiática (incluyendo coreanos, japoneses, chinos y filipinos), 50% resto del mundo (incluyendo una parte de europeos, 1 sudamericano, yo, algunos de Arabia Saudita, y seguramente otros lados más). La casa parecía sacada del estereotipo de la serie yanqui, donde tratan de mostrar la completa tolerancia racial que tiene el mejor país del mundo. Si me ponían a mi (latino), a Nano (japonesa), Kevin (alemán), Tiger (saudí) y agregábamos a una negra, éramos los Power Ranger.

El día siguiente sábado, era el último día de Toni e Ivana en Nelson, asique fuimos a Sprig & Fern, un bar y cervecería local. También estaban Héctor (el venezolano), y me encantaría acordarme quién más estaba. Había por lo menos una persona más sentada enfrente, ¡eso seguro! Estaba charlando con Héctor cuando la puerta del bar se abrió como otras 100 veces desde que nos encontrábamos sentados ahí. Pero esta vez entraron dos chicas, una rubia alta de ojos azules, y otra petisa morocha. No estoy seguro como era mi cara por fuera, pero sé que por dentro mi pera estaba a la altura de mi esternón, aunque según me dijo Héctor más tarde, por fuera estaba igual. El tema es que yo en mi pequeña nube de ángeles tocando violines y unicornios dorados tirando un carruaje lleno de las chicas Playboy y cajas de fernet, no me di cuenta que Héctor las conocía y las invitó a sentarse con nosotros. Toni, Héctor y yo de un lado de la mesa, la morocha en la cabecera al lado de Héctor, la rubia del otro lado frente a él, la persona X frente a mí, e Ivana contra la pared, frente a Toni, quién estaba contra la misma pared. Miren que vi miles de minas hermosas en mi vida, pero no se qué tenía esta en particular, que no pude casi hablarle en toda la noche. Me sentí con 12 años de vuelta (aunque en mi caso podemos extenderlo hasta los 17 más o menos). Sólo supe que las dos eran alemanas.

Van a ver una foto de ella más adelante, cuando lleguemos al viaje a Wellington, pero no se adelanten.


¡Dije que no se adelanten carajo! Bueno, ya se adelantaron, la vieron, ¿felices?. Manga de impacientes. Ahora podemos seguir con la historia.

En la semana siguiente, unos días antes de viajar a Wellington para ver el partido entre los All Blacks y los Pumas, hubo otra fiesta en la misma casa, la llamada “happy house” o “casa feliz”, esta vez Héctor incluido. Esta vez ya recuperé el Casanova de andentro, y empecé a hablarle. Ahí ella, la alemana, contó que el finde siguiente se iban a Wellington a pasear, en 3 segundos ya tenía su celular y había arreglado para vernos allá.
Ya que estamos contamos también sobre el viaje a Wellington. Voy a tener que cambiar el título de este capítulo.... listo. Ya en manos del Corolla, lo probé una vez más en ruta. Esta vez ocupado por un argentino, un kiwi (Jason, compañero de trabajo), una austríaca (Yve, habitué de la casa feliz), y 2 coreanos (Jin He y Justin, habitué y habitante de la casa feliz respectivamente). Por otro lado, Kevin y Miri ya en poder de Amelie (mi ex-camioneta) manejaron por su cuenta hasta Picton, donde todos juntos subimos al ferry. Era sábado a las 7 am, y seguramente habíamos salido la noche anterior, asique dormí todo el viaje prácticamente sentado en una butaca pretendiendo que miraba la peli que pasaban.

Yve, Justin, Jin He, Kevin, Miri, Yo, y Jason en el ferry

Llegamos a Wellington a las 5:30 pm, sólo 2 horas antes del partido, por lo tanto sólo tuvimos tiempo de dejar el equipaje en el Hostel y correr hacia el estadio. Poco para decir del partido, ya que todos lo vieron. Sólo tengo para agregar que: 1) Se cortó la luz en pleno entretiempo. 2) Salí en la tele mundial, ya que me lo confirmaron una amiga en Australia y otra en Argentina. La cámara me extrañaba (?).
Westpac Stadium, Wellington



Durante el corte de luz
Después del partido fuimos los 7 a comer a un restaurante coreano. No tengo idea que pedí, pero estaba genial, y vino acompañado de una cerveza coreana. El plan A era comprar cerveza e ir a tomar ilegalmente en la habitación del hotel. Pero ya estaba todo cerrado asique recurrimos al bar del hostel. Par de tequilas y algunas cervezas, y listos para salir. Bueno, no todos, sólo quedamos Kevin, Jason y yo, los chicos de Waimea. Después de vivir 6 meses en un pueblo de 10.000 habitantes, había perdido un poco la costumbre de la noche en una ciudad. Nos encontramos con las alemanas y para hacerla corta, Kevin fue echado de un bar por bailar demasiado, Jason se perdió durante dos horas en la ciudad, y yo invité a las alemanas a dormir conmigo ya que todos los hoteles estaban ocupados y no tenían donde dormir. No conmigo conmigo, sino en la pieza (lamentablemente). Había una cama libre (Kevin y Miri compartieron una en el Hostel quedándo otra sin uso). 


Ronda de tequilas

Jason, Yo, Kevin e Ike. Después de la ronda de tequilas.

Ahora que me doy cuenta, a sus ojos lectores, la alemana no tiene nombre. Ike la morocha (pronúnciese “Ika”) y Wiwi la rubia (pronúnciese “Vivi”). La inicial esperanza de ir conociéndola más y perder interés no funcionó como esperaba, de hecho después de ese sábado que la conocía más, fue peor. Terminó siendo aún más dulce, inteligente y copada de lo que esperaba. ¡Estúpida República Federal Alemana!. De todas formas, a ella le quedaban 3 semanas en NZ y resultó tener novio en la estúpida Alemania. Pero le dejé muy en claro que me encantaba. Ago me dice que hay algo ahí, y Héctor está convencido de lo mismo. Especialmente porque es amiga de él en realidad, y estaba siempre conmigo y a él ni bola.

Entonces puede decirse que estoy siendo custodiado por un ejército de gatos negros, comandado por el General Carlos Saúl Menen (el error ortográfico es absolutamente intencional), que van rompiendo espejos y caminando por abajo de las escaleras mientras caminamos todos juntos por la calle agarrados de la mano y bailando “María la Paz”.

En su última noche en hubo una fiesta en la casa feliz y después la llevé a la casa. En la fiesta me aseguré de que sepa que la odiaba por irse tan pronto, y ella me invitó a visitarla. Cuando la dejé le aclaré que iba a ir a visitarla seguro...especialmente cuando vuelva a estar soltera.
Asique estamos a la espera del aviso y entonces me mudo a Alemania, me caso y crío una feliz familia allí. Y al carajo Nueva Zelanda y el blog “The Kiwi Life”, para dar lugar al blog “The Herr Beckenbauer Volkswagen Strüedel Life”.

Después de irse, volví a ver a una piba kiwi que había conocido poco antes, y que después de haber salido una vez, fue todo al freezer al conocerla a la recién mencionada. Pero mi corazón esta cerca de Oliver Kahn en Munich. Y peor aún cuando la kiwi resultó ser una santurrona bebedora de leche. Su hígado estará más sano que el mío, pero es como salir con Flanders.

Igual esto no termina ahí. La alemana viajaba el jueves para llegar el viernes allá, ya que el lunes empezaba la Universidad. A la semana hablamos por facebook. Se confundió de fecha, empezaba el lunes de la otra semana, no el siguiente. O sea que se fue de Nueva Zelanda con el tiempo justo para ir a la facultad...pero le erró de fecha. Díganme una cosa, ¿alguna vez conocieron a alguien más colgado que yo? Yo tampoco, tuve que viajar 10.000 km, y que alguien más viajara 18.000 km, para conocer a alguien peor que yo.  Me tengo que casar con esta piba y criar los pibes más colgados de la historia.

Creo que me acordé quien estaba enfrente mío en el bar la primera noche, me parece que era Yve, la belga.
No, no era. (Tengan en cuenta que hubo una diferencia de más de media hora entre ambas oraciones).

Ojalá hubiera habido un poco de amor alemán...



Conclusiones

Finalmente, las conclusiones. Fueron unos meses complicados, pero aprendí de todo. De la kiwi aprendí mucho, tanto de ella como de la relación. Además (Má tapate los ojos) tuve el sexo más loco de mi vida, incluyendo esposas, látigos, conjuntitos, lugares raros y esas cosas. De día, de noche, de tarde, solos en la casa, con la hija del otro lado del pasillo. ¡Asique no me quejo! De hecho hubo un domingo a la tarde que estaba en la casa, y me llegó un texto de Jo y otra amiga de ella que nos dijeron que la oyeron a Sue gritar desde la calle. Al final era chiste, pero el tiempo fue perfecto. (Má, ya podés volver a abrirlos). Creo que eso sumado al cambio de dieta desde que se fue el gordo hizo que bajara 4 kg más. 8kg acumulados bajados desde aquel glorioso 71 kg poco antes de venirme a NZ. De todo lo malo saqué algo bueno.


Y así doy por terminado la segunda parte, y la edición aniversario del blog. No sé como me olvidé de agregar lo del terremoto al tráiler en la primera parte de la edición, de hecho me acordé recién de casualidad y lo agregué a último momento. Cuando salga el libro modificaré eso (?).
Se retrasó tanto la actualización de la II parte de la edición aniversario que quedé igual muy atrasado con la historia. Pero ya bastante largo está, asique todo lo que falta, va para la próxima actualización del blog, la cual será probablemente la última de The Kiwi Life.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

¡Feliz año para todos!