viernes, 30 de septiembre de 2011

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Viernes 30 de Septiembre de 2011, 12:13 pm – Casa, Mount Cook, Wellington City


Buenas gente, los dejé descansar unos días después de la última larga actualización, pero acá estamos de nuevo. Aprovecho ahora que no hay tanto para contar. En realidad hay banda de cosas para contar, pero son chiquitas y no son para poner acá, sino para contar cuando esté de vuelta allá. Pero quiero hacer un breve repaso, y después pasar al segmento “La Vida Kiwi” que lo tengo algo abandonado.


Dos grandes cosas pasaron:

1) El partido de los pumas

2) Como los pumas dieron vuelta el partido contra los escoceses

Ah, y me olvidaba una:
3) Los festejos post-partido de los pumas



Empecemos por el primero. No saben lo que se siente estar en un mundial, viendo a los pumas, en Nueva Zelanda. No hay palabras para explicarlo, no se pueden contar las miles de sensaciones que se te pasan desde que te levantás esa mañana, hasta que te fuiste a dormir esa noche. Todo lo que pasa ese día es parte del partido. El ir a laburar, el que me espere Agus afuera e ir a comprar banderas y todo eso (aunque me había olvidado el pequeño detalle de que era domingo, asique me quedó nomás un chino que vende de todo), de ahí juntarnos con Sol y volver corriendo a casa. Antes pasar por el Shalimar e ir para Aro Valley buscando pintura facial, que fue genial jajaja pero ya les contaré cuando vuelva a lo del Shalimar. Llegar a casa, prepararte, salir, viajar a la cancha, ver en el camino todos los grupitos de argentinos y escoceses, llegar, todo. Los que van a la cancha conocen la sensación esa, es inigualable, ahora imagínense que es por un partido del mundial y estás en el culo del mundo para verlo, y estás como otro puñado de gente tratando de alentar a tu país y mostrándole al mundo de donde sos, y que estás orgulloso de serlo. Inexplicable.


En el partido me la pasé gritando, puteando, todo, y rodeados de escoceses. Los escoceses de adelante se reían ante mi desesperación por cualquier cosa. Cuando Contepomi puso el penal contra el palo y salió, me agarré la cabeza y empecé a gritar : NOOOO NOOOOOOOO!!!!!

Ahí estaba con Sol, que en el entretiempo, por la lluvia, se fue abajo del techo. Yo, el enfermito, ni loco me movía de ahí. Me cagué mojando, mal, temblaba de frío mientras miraba el partido, pero no me moví. En el try, del salto le pegué en la cabeza a la vieja escocesa de adelante, y me fui corriendo hasta las escaleras donde me paré en el medio y empecé a saltar solo moviendo los brazos y gritando como un enfermo. Recuerden que esto no es Argentina, acá la gente se queda sentada y aplaude, a lo sumo se abrazan y cantan un poco. Esa es toda la emoción que expresan. De ahí me fui más hacia el medio de la cancha (estaba cerca del ingoal de argentina hasta ese momento) delante de la primera fila, contra la baranda. El pibe de seguridad abajo me miraba de reojo, creo que sospechaba que en cualquier momento me bajaba a la cancha para golpear al árbitro. Y ahí seguí corriendo de un lado para el otro sufriendo los últimos 10 min de partido. Terminó, y me fui a festejar con toda la banda de argentinos que se juntaron en un mismo lugar, ahí fueron los pumas, de boludo no les saqué ni una foto, pero bueno, en la emoción me salió treparme como podía a los asientos (que mojados resbalaban, y flaqueaban bastante ya que no están preparados para que los negros se paren encima) y agarrado de otros argentinos para no caerme, cantando y gritando; bueno, y tratando de hacerme un lugar en la foto para todos los camarógrafos que había ahí. Si vieron alguna foto de eso en algún lado, de los pumas festejando con la gente en la tribuna, fíjense si ven a uno con un gorro-paraguas en la cabeza de varios colores. Ese soy yo.


Nos fueron echando, obvio que no nos íbamos más nosotros, pero nos fueron apagando las luces, el estadio se vació (exceptuando el puñado de argentos), así que nos tuvimos que ir… a hacer quilombo a los pasillos del estadio. Ahí fue genial, todos cantando, saltando, usando los tachos de basura como percusión. Estaba lleno de no-argentinos en el medio, saltando intentando cantar a la par por fonética (onda “kiiwiii melooon kiwii melooon”), salvo el ARYENTINA! ARYENTINA!, que ese se lo sabían bien. En el medio me hablaron dos kiwis (que salió filmado en mi cámara) que me contaban que alentaban a los all blacks, pero hoy a Argentina. Lleno de gringos y kiwis con banderas y cosas de argentina. Había un gordo australiano que le ponía mas ganas que el Rafa Di Zeo. Tardaron una media hora en echarnos de ahí, pero nos fuimos al Bar Chicago, donde trabaja Sol, y donde iban a ir a comer los pumas después del partido. Nunca aparecieron, pero igual la pasé genial!!


De ahí a otro bar, donde estaba Pichot en el VIP, que pasé por la puertita y estaba a unos dos metros  nomás, podría haberme mandado si no hubiera un gorila kiwi impidiéndome el paso. 

Ah si, ¿conocen a Scelzo? Tengo la teoría de que es mitad humano-mitad oso. Me parece que el padre era un guardaparques solitario, y la mamá una morocha experta en pescar y con kilos y kilos de amor para dar. En el bar, un rato más tarde vi salir a Roncero del baño, y pasó por al lado mío. A la pasada lo agarro y le digo: ¡Noooo! ¡Roncero! Capo, sacáte una foto conmigo….Si se lo decía a la pared que estaba atrás era lo mismo. 

Por puto le saqué una foto de espaldas después para que se le vea la pelada.

Y acá las cosas cambiaron bastante, desde que llegó Agus Saku (que a partir de ahora vamos a llamarlo Saku a secas así no se confunden con Agus el cordobés) tengo una dosis de futbol diario, y siempre, siempre algo para hacer. La paso genial jaja. Cada día libre, arrancamos al mediodía para un lado y nunca sabemos donde vamos a terminar, volviendo a casa a la noche tarde. Y cuando laburo, me espera a la salida para ir a tomar algo o pelotudear por ahí. Un genio.

Y hablando de fútbol, de a poco estamos volviendo. Ya tenemos la pelota como saben, y estamos yendo a pelotear. Hoy nos encontramos con un grupo de extranjeros (por supuesto, ningún kiwi) jugando al fútbol y nos prendimos. Eran 3 coreanos y un alemán para nuestro equipo, y todos franceses en el otro. Para explicar mi estado actual, voy a dejarles una pequeña canción que le dedico al fútbol:

“Vuelve!! Que sin ti la vida se me vaa uoooohhhh
oh vuelve! Que me falta el aire si tu no estás uoooooh
ooh vuelve! El rugby no ocupará tu lugaaaaar”

Sigo laburando en el restaurante “Sweet Mother’s kitchen”, ya firmé el contrato y estoy como “ayudante de cocina”. Pero es más lo de lavavajilla que otra cosa. El tema es que me vivo quemando con las sartenes y cortando con cuchillos, tengo las manos hechas mierda. Creo que si fuera masajista de cactus mis manos estarían más sanas. Pero le voy agarrando más la mano y se me hace un poco más fácil todo, además de que una semana después descubrí que hay guantes de látex para que usemos.

Ya hice mi primera compra, me compré la camiseta de Wellington Phoenix, el equipo de fútbol local. En trademe.co.nz (que es el mercadolibre de acá) me salió 65, contra 140 que están todas las tiendas de deportes. Seguramente sobrevaloradas por el mundialito.

Una cosita más y paso al siguiente segmento. Fuimos ayer al Museo Te Papa. No tienen idea lo que es eso, es una locura. ¡¡¡Es una locura!!! Increíble. Todo es interactivo, tocás y movés todo. Hay una parte que representa la geología y cuentan los terremotos que hubo acá. Como muestra de un terremoto de 1950, hay una casa (sí, adentro del museo hay una casita) a donde entrás, y ésta está ambientada en esa época. Hay una tele donde el noticiero cuenta sobre el terremoto que está sucediendo, y cuenta que se acerca otro, hay interferencia, se corta la señal, y la casa entera se empieza a sacudir, mientras escuchás por la radio el relato (la radio está ahí en un estante). Y tenés una puerta como rota en la parte de arriba, donde atrás hay una pantalla donde te muestran que vas por la casa y se va cayendo todo.


¡Y todo el museo es así! En ese mismo sector, se habla de las capas que tiene la tierra, y tenés una piedra de la corteza, una del manto, y otra del “outer core”, que no se como es su nombre científico en español, pero sería el núcleo externo. Y te pide que las levantes, y compares el peso de cada una, y explica como más profundo está, más presión hay, y por lo tanto cada piedra es más densa (La última casi me saca la columna de lugar). No sé si vieron alguna vez el documental del Calamar gigante que encontraron en la Antártida hace algunos años, que es el más grande jamás visto de la historia. Bueno, ¡está en exposición ahí! Y hasta tenés al costado un mini cine para ver una peli 3D que representa los últimos momentos del a vida del calamar.






Y acá está mi foto con Calamardo:


Afuera después hay un área al aire libre que representa distintas cosas naturales de NZ. En una, tenés una fosa llena de piedritas donde hay un fósil enterrado de un bicho que vivía acá. Te pide que te metas y lo busques. Así que nos metimos con Saku y yo me puse a destaparle la cabeza al fósil. Es todo así, interactivo, ¡es una locura! Ayer pudimos ver sólo el nivel 2, hay 4 más que íbamos a ir a ver hoy, pero nos levantamos tarde, ya veremos. Es gigante ese museo.

¡Ahhhhh y casi me olvido!!! Hay una parte, donde te enseñan el haka. Es interactivo. Y después tenés que hacerlo vos, y te filman. Asique Saku y yo tenemos una filmación nuestra haciendo el haka jajajaja ¡me cagué de risa!

Sin exagerar, ese museo es una locura. Jamás vi algo así en mi vida.


Suficiente, siguiente segmento:

La Vida Kiwi: Me sigo cayendo de culo


Sí, señores, hace dos meses que vivo acá y me sigo cayendo de culo con muchas cosas. Por eso este segmento hoy se llama así. El nivel cultural acá es genial. Todos leen, todos se interesan por el cine, teatro. Todos fuman chala, asique son como bohemios en cierta forma. Pero sin serlos. Mm si suena raro, pero yo me entiendo  jaja. Pero son todos copados, agradables. Siempre que salís alguno te viene a hablar y colgás charlando. Y todos son distintos, es toda gente interesante. Wellington es una ciudad de bichos raros. Y todos son interesantes a su forma.

Los sábados a la noche, en la zona de bares y eso, hay unos tipos que pone el gobierno, que no me acuerdo como se llaman, pero son una onda “guardia urbana” que acompañan a los borrachos a la parada de taxis y los mandan a sus casas para que no se pierdan ni terminen durmiendo en una zanja. Los patovas son re buena onda todos, si hay alguno borracho que hace quilombo, los llevan afuera….y no los cagan a palos.

Wellington: Vamos a poner un poquito más sobre la identidad de Wellington. Los habitantes son Wellingtonianos, y los colores de la ciudad son el amarillo y el negro. Los colectivos son de ese color (pongan en google “Go Wellington Bus” y lo van a ver). Los 2 equipos locales de Rugby, Wellington Lions que juegan en la ITM Cup (que sería la liga nacional de rugby) y Wellington Hurricanes que juegan en el Super XVI (una liga internacional con clubes de Australia, Sudáfrica, y algún otro país más), tienen las camisetas amarillas y negras. Igual que el equipo de fútbol local, Wellington Phoenix (Busquen también en Google: “Wellington Lions, Wellington Hurricanes, y Wellington Phoenix).
Che, les sugiero algo. Si están con tiempo, vayan googleando los lugares y cosas que voy nombrando para que vayan teniendo una idea de que hablo; ¡por lo menos para que vean las fotos! Y así creo que van a entender y van a sumergirse mucho más en lo que voy contando.


Novedades:

Nati no está, y como la veo poco tiempo despierta todavía no pudimos hacer el “Rincón de Nati”. Asique tendrán que seguir esperando un poco más para ese rincón.

Una idea que me dio Saku ayer, es de contar un poco el lugar donde estoy sentado actualizando. Por ejemplo, la última actualización fue en el Hashigozake Bar, un bar de cervezas y generalidades japonesas. Ese edificio fue construido como cárcel, según me contó Trace, así que nos sentamos a catar unas cervezas y unos snacks japoneses en lo que era uno de los calabozos, mientras yo actualizaba el blog. Lugar interesante ¡y escondido! Está sobre Taranaki St, a media cuadra de Courtenay Place (la calle principal), y tenés que entrar como por un callejoncito y la entrada está ahí a 5 metros. Una escalera te lleva al subsuelo, donde está el bar. De a poco Trace nos va mostrando muchos lugares muy copados y escondidos, a donde no hubiésemos ido de otra forma. Antenoche fuimos a comer a un restaurante chino, donde Trace y Saku comieron, y yo probé un poco para acompañar. Uno de los platos era sopa de noodles con pato y vegetales. Lo probé, y me pasé el resto de la cena mirando el bowl y sintiéndome culpable por haber comido un patito. De hecho, sigo culpable, le pedía perdón al bowl.

Hay cámaras de seguridad por todo el centro. Igual creo que el trabajo de policía acá debe ser un embole, nunca pasa nada. En los últimos dos meses vi tres veces en total a algún patrullero pasar con la sirena puesta. Y una vez una ambulancia. Eso fue todo. No se olviden que ando siempre por el centro y zonas aledañas.

Y el agua. Por dios el agua! Sé que ya lo dije, pero miren esto, esto es en pleno puerto de Wellington. A 20 mts había una fragata anclada. Y a la vueltita de la fragata hay un trampolín donde podés tirarte al agua, y a unos metros tenés una escalerita para volver a subir.



Antes de terminar quería hacer un agradecimiento especial a mi sponsor Agustín Sakugawa, que es mi proveedor de internet para esta actualización, y que sin el nada de esto sería posible. Estoy vestido con un jean Cultura, unas pantuflas NF Design, un bóxer Kevingston, y una remera Cedarwood State, regalo de mi primo Diego que me la mandó desde Londres. Hoy estoy re internacional eh. Y escuchando Whole lotta Rosie – AC/DC.

Por último, les dejo una yapa. Yo soy el de la camiseta de Boca, Saku el de blanco.